La crisis energética está causando estragos en las cuentas corrientes de los consumidores. Los carburantes fósiles no dejan de subir, lo que debería hacer que pasarse a la movilidad eléctrica fuera beneficioso para nuestra economía. Pero el continuo incremento del precio de la luz hace tampoco invita a hacerse con un coche eléctrico. Y es que cargar un coche es un 135% más caro que hace un año. Los usuarios de Tesla y otros coches eléctricos tragan saliva.
Así lo ha indicado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que ha realizado un estudio para averiguar cómo está afectando esta crisis energética a los conductores de coches eléctricos. Y ojo, porque se ha tenido en cuenta cuánto cuesta cargar un coche en casa en las horas en las que la tarifa es más barata, que son las del periodo valle.
Para obtener los resultados, la OCU ha tenido en cuenta un consumo anual de 2.000 kWh, que dan para unos 10.000 km al año en un coche mediano como un Nissan Leaf o un Volkswagen ID.3. Y mientras esos 2.000 kWh costaban unos 190 euros en 2020, en 2021 cuestan 447 euros. Esto se traduce en un incremento del 135%.
La OCU hace incisión en que antes era más fácil ajustar los periodos de carga, pues existían 3 periodos de facturación bien definidos. Ahora, sin embargo, las horas más económicas varían cada día, lo que hace más difícil ajustar nuestros horarios de carga.
Asimismo, los puntos de carga públicos todavía no están siendo víctimas de estas subidas salvajes en los precios de la luz. Sin embargo, ello no quiere decir que escapen a pequeños incrementos. Y todo a apunta a que estos incrementos tampoco dejarán de producirse en los próximos meses.
La buena noticia es que circular con coches eléctricos sigue siendo más económico que hacerlo con coches de combustión térmica. Veremos por cuanto tiempo.