Los sistemas de propulsión eléctrica para los automóviles avanzan a velocidad de vértigo. Aunque la infraestructura de puntos de carga siga siendo muy deficiente, las marcas no renuncian a seguir mejorando las prestaciones y posibilidades de sus modelos.
Pero la electricidad no es la única alternativa. Algunas firmas llevan tiempo trabajando en la optimización del uso de hidrógeno y pilas de combustible. Y aunque se trata de una tecnología muy prematura que todavía tardará en popularizarse unos cuantos años, algunas compañías están desarrollando proyectos realmente interesantes que, cuando sean viables económicamente, se lo pondrán muy difícil a Tesla y otras marcas con coches eléctricos.
Una de ellas es DLR, el Centro Aeroespacial Alemán, que ha diseñado un sistema que combina tecnologías híbridas enchufables con hidrógeno y pilas de combustible, con la que logran autonomías de 1.000 km.
Cabe decir que esta cifra ha sido alcanzada por algún que otro modelo. El Toyota Mirai, que declara una autonomía de 650 km, consiguió llegar a los 1.000 km. Pero fue bajo unas condiciones muy concretas.
Ahora DLR ha diseñado un sistema con el que es posible alcanzarlos sin que tengan que alinearse los planetas. Lo ha hecho con tres modelos que montan una pila de combustible y que han sido creados en el marco del Proyecto Next Generation Car.
Estos tres modelos son los Urban Modular Vehicle un coche urbano modular, el Safe Light Regional Vehicle, un coche para desplazamientos compartidos, y el Vehículo Interurbano, un coche de cinco metros de largo y con espacio para cinco pasajeros destinado a viajes largos.
En los tres casos montan un sistema que funciona con una pila de combustible que consigue una potencia de 45 kW (61 CV) y que funciona con seis cilindros que trabajan a modo de tanque de hidrogeno de 7,5 kilos. Este se inyecta a una presión de 700 bar. Y a ello suma una batería de 48 kWh para conseguir una potencia total de 136 kW (185 CV). Y alcanzan una velocidad máxima de 180 km/h.
Con todo, estaríamos hablando de modelos híbridos enchufables con pila de hidrógeno que conseguirían 1.000 km de autonomía. Unas bondades que, cabe decir, habría logrado gracias también a que la carrocería no superaría los 250 kilos de peso, debido a que están fabricadas con fibras de plástico. Estos modelos, además, contarían con un nivel 4 de conducción autónoma.
Obviamente, estamos muy lejos todavía de ver como estos modelos se convierten en unidades de producción. Sin embargo, se trata de un paso adelante más en la investigación de sistemas de movilidad sostenible que serán clave en las décadas venideras.