Hoy en día existen muchas incógnitas en lo que se refiere a los coches eléctricos. Y una de ellas tiene que ver con el comprar un coche eléctrico de segunda mano. Porque comprar un vehículo de ocasión con mecánica 100% eléctrica tira para tras a muchos posibles compradores.
La mayoría de consumidores prefiere hacer una inversión en un coche eléctrico completamente nuevo antes que hacerlo en un modelo usado. El motivo es que, como es sabido, la capacidad y la eficiencia de la batería disminuye a medida que se usa el coche.
Muchos fabricantes sitúan la vida útil de una batería en 1 millón de kilómetros. Pero lo cierto es que esta empieza a mostrar carencias alrededor de los 200.000. De hecho, estudios arrojan 8 años o 160.000 km para definir el tiempo que una batería funciona en su totalidad. Y es que a la que una celda falla, disminuye en gran medida la autonomía y también los tiempos de carga. Unas cifras preocupantes de las que, por cierto, se habla muy poco. Y esto permite a los fabricantes emitir certificados que garantizan el 70% de la capacidad de la batería, comprometiéndose solo a cambiar la batería en caso de que este porcentaje baje.
Para conocer la vida útil de una batería, los fabricantes usan el sistema SOH, que a priori declara la capacidad de la batería y del cargador del modelo en cuestión. Sin embargo, este puede retocarse perfectamente para que dé unos resultados más positivos.
Un problema que dejará de existir en cuanto el sistema que está desarrollando la empresa Twaice entre en funcionamiento. Este sistema permite realizar pruebas fiables a las baterías, lo que dejará claro si el coche eléctrico en cuestión es una buena inversión o no.
Estas pruebas se conocen con el nombre de ‘Battery Quick Check’, y según apunta la empresa, está listo para entrar en funcionamiento a partir del próximo otoño e implantarse en talleres, concesionarios y operadores de flotas.
Gracias a estas pruebas, el cliente no solo podrá saber si está comprando un coche eléctrico con una batería en condiciones, sino conocer si el precio del vehículo es el adecuado para su estado. Además, permitirá a los consumidores tomar medidas contra el vendedor en caso de que este haya cometido negligencia, al tratarse de un chequeador independiente.
Asimismo, este sistema debería estar listo para que otros mercados europeos puedan disponer de él a partir de 2023. Y desde Twaice esperan que este sistema de diagnosis sea demandado para unos 150.000 modelos.