No es un modelo premium, pero no tiene nada que envidiar. Hablamos del Mazda CX-5, un D-SUV que para muchos está por encima de los Nissan Qashqai, Kia Sportage y compañía, y que aunque esté por debajo de los premium, se codea con ellos. Por diseño, por calidad de materiales y acabados, y por eficiencia de sus bloques mecánicos. Además, viene mejor equipado que los de alta gama, que a menudo exigen pasar por caja para un cavado en condiciones y es bastante más económico que los Mercedes GLA o Audi Q3, entre otros.
El Mazda CX-5 mide 4.550 mm de longitud, 1.680 mm de alto y 1.840 mm de ancho, dejando una batalla de 2.700 mm y un maletero de 506 litros, ampliables hasta los 1.620 l.
Un todocamino cuya gama arranca con un solvente motor tetracilíndrico de 2.0 litros, que desarrolla 165 CV de potencia y 213 Nm de par máximo. Está gestionado por un sistema de tracción delantera y un cambio de marchas manual de seis relaciones.
Con esta configuración, el Mazda CX-5 de acceso acelera de 0 a 100 km/h en 10,3 segundos y alcanza una velocidad máxima de 201 km/h. La firma anuncia un consumo de 6,4 l/100 km.
En equipamiento, este CX-5 de entrada a la gama incluye el acabado Origin, que incluye elementos como climatizador, llantas de aleación, control de crucero o sistema de audio con pantalla de siete pulgadas.
Un modelo que actualmente está anunciado en la web de Mazda por un precio al contado de 29.165,99 euros o financiado de 28.165,99 €. Eso sí: ten en cuenta que esta segunda opción requiere una entrada de 6.523,30 €, una cuota de 216,77 €, 34 cuotas de 230 €, y una cuota final de 17.018,41 €, además de una comisión de apertura de 649,28 €. Al final acabarás pagando 32.227,76 €. Pero ten en cuenta que un Qashqai de 158 CV, por ejemplo, ya arranca en los 32.225 euros financiados.