Las baterías son el elemento más importante de un coche eléctrico. Y si queremos que nos dure, más vale tratarla bien y mantenerla en buen estado. Si tienes un coche eléctrico, a continuación te contamos qué medidas deberías tomar para alargar la vida útil de una batería.
Antes de nada debes saber que, además de ser lo más importante, también es lo más caro que lleva un coche eléctrico. Las más baratas cuestan unos 5.000 euros, una cifra que aumenta cuanto más grande es. Y también en los coches premium, pues, a priori, llevan baterías de mejor calidad. Y es por eso que conviene mantenerlas en buen estado. Suficiente has pagado ya de más por un coche eléctrico.
Cabe decir que si una batería se desgasta es posible cambiar solo algunas celdas, lo que saldrá más barato. No obstante, si ya has cambiado algunas, ten en cuenta que pronto te tocará cambiar algunas otras.
Asimismo, una batería suele durar unos 3.000 ciclos de carga o unos 150.000 km. Esto vienen a ser unos 8 años. Aunque las más actuales pueden durar hasta 250.000-300.000 km o 12 años.
Y ojo, que se acabe la vida útil de una batería no significa que deje de funcionar. Simplemente habrá bajado su capacidad útil. Se considera final de vida útil cuando ha descendido más de un 75%. Y si bien es cierto que algunos fabricantes ofrecen garantía para las baterías, también lo es que cuando empieza a desfallecer la garantía suele haberse acabado. Dicho esto, te contamos algunos trucos para alargar al máximo la vida útil de tu batería.
Cinco trucos para alargar la vida útil de una batería
Una de las medidas a tomar pasa por evitar puntos de carga rápida. Estos ejercen más calor sobre la batería, lo que perjudica el funcionamiento de la misma. Lo mejor es cargar el coche en puntos de carga convencionales y reservar los de carga rápida solo para cuando sea necesario.
Tampoco conviene dejar descargar la batería del todo ni cargarla al máximo. Lo ideal es mantenerse entre el 20% y el 80%.
Del mismo modo, no conviene someter a la batería a temperaturas extremas. Tanto el frío como el calor superior a los 45ºC puede dañar la batería.
Tampoco debemos llevar una conducción brusca. Cuanto más estrujemos el motor más sufrirá la batería, lo que acaba acortando su vida útil.
Por último, es recomendable cambiar el líquido refrigerante cada 170.000 km y a partir de entonces cada 120.000 km.