La transición hacia la movilidad eléctrica está siendo bastante más lenta de lo previsto. Y no solo en España, sino en buena parte de Europa. Y desde la Unión Europea empiezan a temer que 2035 sea demasiado pronto para prohibir vender coches de combustión interna. Tanto es así que se acaba de poner un proyecto en marcha para intentar acelerar el proceso.
Entre los motivos que echan para atrás a muchos conductores a la hora de comprar un coche eléctrico, destaca la insuficiente infraestructura de puntos de carga. Un problema que no solo se da en España. Y es que hay muchos países en Europa en los que no hay estaciones de recarga en más de 100 km. Un panorama que la Unión Europea pretende cambiar cuanto antes.
El programa Objetivo 55 para 2030 busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 55% antes de finales de esta década. Y para conseguir cumplir con el objetivo, es necesario aumentar los puntos de carga existentes.
Es por ello que los eurodiputados del Parlamento Europeo han aprobado un Proyecto de Ley que establece que debe haber al menos un punto de carga cada 60 km. Los planes pasan por que esto sea una realidad en 2028. A partir de entonces quienes renuncian a un coche eléctrico tendrán que buscar otra excusa. Aunque hay que decir que si los precios no bajan y las autonomías no mejoran, tendrán razones de sobra para seguir optando por modelos de combustión interna. Son otras parcelas que tendrán que mejorar para aumentar las ventas de coches eléctricos.
Cabe destacar que este plan estratégico también incluye un apartado en el que se especifica que los puntos de carga deben ser de “acceso universal y sencillo”.
Y hay algo más. Este Proyecto de Ley también recoge un aumento de hidrogeneras en las carreteras. Los motores de hidrógeno se están postulando como una alternativa de futuro y la apuesta empieza a ser fuerte también por parte de las instituciones. En este caso se pretende instalar al menos una hidrogenera cada 150 km antes de 2031.