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La pregunta que se hacen muchos conductores es: ¿renting o compra?

Concesionario
Leire Lobato

A la hora de estrenar un coche muchos dudan entre elegir una compra convencional o acogerse a un renting. Ambas modalidades tienen ventajas e inconvenientes. Y a continuación te contamos las claves que te ayudarán a elegir lo que más se ajuste a tus necesidades.

Poco hay que decir que no sepas de la compra convencional. Pagarás el coche al contado o a plazos con los intereses pertinentes. Y al final de los pagos el coche será de tu propiedad. Llegado el momento podrás venderlo o entregarlo para obtener algún descuento en una compra nueva.

Las desventajas son que no podrás renovar el coche a menudo. Teniendo en cuenta que un coche empieza a perder valor en cuanto pisa el asfalto, cambiar de coche cada dos por tres supondrá una pérdida de dinero enorme, con lo que no es aconsejable. Es decir, tendrás que conformarte con lo que compraste en primera instancia. Además, al pago o pagos del coche tendrás que añadir seguro, revisiones, mantenimiento, sustitución de componentes, impuestos de circulación, ITV… Todo correrá de tu cuenta.

¿Qué te conviene más? ¿Compra convencional o renting?

Una serie de pagos que, en cambio, vienen incluidos en las cuotas de un renting. Además, es como pagar a plazos un coche, pero sin intereses. Pero hay más ventajas.

Por ejemplo, que cuando cumples tu contrato podrás contratar otro, obteniendo un coche renovado y con lo último en tecnología. Asimismo, esta fórmula también es más flexible en el caso de que tu vida cambie. Puede que de la noche a la mañana ya no lo necesites, no puedas pagarlo o quieras mantenerlo. En la compra convencional, en cambio, tendrás que lidiar con ello a no ser que decidas venderlo. Y en ese caso obtendrás cifras que se alejarán mucho de lo que pagaste en el momento de la compra.

Entre las desventajas del renting hay que destacar que el coche nunca será tuyo en propiedad. Pero ello no siempre es un problema. Como decíamos, puede que tus necesidades cambien y ya no precises tener un coche. Además, ese dinero que pagarás de menos en un renting siempre será una cifra mayor de la que te darán por tu coche de segunda mano pasado el mismo periodo. Y eso sin contar los gastos añadidos que habrás tenido que pagar en seguros, impuestos, etc.

Dicho esto, si tienes claro que necesitarás el coche a corto, medio y largo plazo, lo que más te conviene es una compra tradicional. Si en cambio no tienes claro que vayas a necesitarlo en el futuro, te gusta cambiar de coche cada cierto tiempo y quieres tener siempre lo último entre tus manos, el renting es tu fórmula.

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