El Range Rover Evoque es un coche excelente, pero tiene un problema: cuesta casi 50.000 euros. Quien no quiera gastar tanto, tiene otra alternativa: El Cupra Formentor que, además, es híbrido y cuesta sólo 35.920 euros.
El Cupra, y a más de uno le sorprenderá, es más largo que el Range Rover: 4,45 metros frente a 4,37. Tiene, eso sí, mucho menos maletero. Se queda en 345 litros y el todocamino británico alcanza unos más que solventes 472. Y es normal, porque estamos comparando un SUV coupé de raíces mediterráneas con un señor coche inglés que es, desde hace años, el preferido de las familias que no quieren renunciar ni al estilo, ni al confort ni a cierta deportividad pero, siempre, dentro de un orden.
El Range Rover Evoque no se presenta con grandes alardes: junto al clásico diesel de 163 CV que consume 6 litros cada 100 km, llegan sendas versiones MHEV de gasolina (160 CV) y diesel (163 y 204 CV) que exigen, respectivamente 7 y 5 litros para cubrir 100 km. En el Cupra Formentor tenemos dos opciones, ambas con mucho más fuste: un PHEV de gasolina con 204 CV y otro propulsor del mismo tipo con 245. Los consumos son excepcionales para tales potencias: 5 litros en el de 204 CV y 6 en el de 245.
El Formentor ofrece sólo dos acabados: Estándar y VZ y, en ambos, la dotación es muy completa: faros LED, control de velocidad adaptativo, ordenador, arranque por botón y elevalunas y espejos eléctricos. El Range Rover destaca por ser muy personalizable, pero las opciones encarecen el precio final. De serie, incluye lo básico en un coche de su precio, pero hablar de un Range Rover implica ya un nivel de calidad superior. Lo único malo es el precio, casi 50.000 euros que, si personalizas mucho el vehículo, se convierten rápidamente en 80.000. Ahí, precisamente, es donde el Formentor gana la partida: menos de 36.000 euros para una bala, elegante, deportiva y con mucha clase.