Fue en 2012 cuando, viendo que los SUV se estaban convirtiendo en la carrocería de moda, Mazda lanzó el primer CX-5, un SUV de tamaño compacto que llegaba para intentar robarles ventas a los modelos generalistas ya muy bien posicionados en el mercado.
Y lo cierto es que, con dos generaciones y a sus espaldas, este modelo ha logrado más de 450.000 matriculaciones, una cifra que habla muy bien de él y que evidencia el buen trabajo de la marca japonesa con este modelo.
El problema en su caso es que, tal y como apuntan desde la marca, de momento no se sabe nada de una tercera generación, y eso es algo que no suele ser muy positivo en un modelo.
No ha sido otro que el responsable del producto del Mazda CX-5, el Mitsuru Wakiie, el que ha apuntado recientemente que “No estoy seguro de si vamos a presentar un CX-5 o no, por lo que no puedo darles ningún detalle”.
Teniendo en cuenta que la generación actual de este modelo se presentó en 2016, es evidente que su ciclo comercial está llegando a su fin, por lo que más da ya debería estar trabajando en una nueva generación.
Y ahí es precisamente donde está la incógnita, entre otras cosas porque no se sabe qué va a hacer Mazda con este modelo que se encuentra en medio camino entre los CX-30 y CX-60.
Viendo que es un modelo muy exitoso, sería muy extraño que la marca japonesa decidiera no seguir contando con él, pero también resulta extraño que, ahora que le falta muy poco para que su teórica vida comercial llegue a su fin, no se sepa nada del futuro de este modelo en Europa.
Si bien es cierto que algunos aseguran que la marca japonesa está siendo muy reservado en este sentido pero que todavía tienen el proyecto muy avanzado, otros apuntan que lo que podría llegar sería una actualización para la vida comercial de este modelo. Lo que es seguro es que, al menos de momento, se sabe muy poco de su futuro.
El auto es excelente. Lo bueno no se cambia se mejora.