El Volkswagen T-Cross, versión SUV del Polo, es una de las estrellas del mercado, pero Ford tiene un adversario que puede hacerle frente: el Ford Ecosport.
Desarrollado a partir del Fiesta, la historia del Ford Ecosport se remonta a 2003. Hasta 2021, se fabricó en Brasil e India y, en 2012, se empezó a montar también en Estados Unidos. Desde 2016, se fabrica en Craiova (Rumanía) y el salto de calidad ha sido notable. Como SUV urbano, no tiene rival y, además tiene la prestancia que se necesita para afrontar viajs de cualquier tipo. Se ofrece en dos acabados: Active y ST-Line y con dos motorizaciones, un 1.0 de 125 CV y un 1.0 de 140 CV, ambos de gasolina. La versión menos potente exige 5 litros cada 100 km y la top de gama reclama 6.
Compararlo con otros rivales de su segmento como el T-Cross y el Seat Arona, deja en mal lugar en cuanto a dimensiones a sus rivales. Los menos de 4,15 metros de los dos todocaminos pequeños que fabrica el grupo Volkswagen quedan en muy poco al medirse con los 4,27 del Ecosport, que se nos presenta con un maletero muy capaz que ofrece 355 litros. Si se puede comparar de igual a igual con otro coche, debe escogerse al MG ZS, que supera los 4,3 metros. Con todo, el Ecosport tiene un estilo mucho más campero.
El Ford Ecosport, como el T-Cross, es un SUV pequeño de aires muy camperos. Aporta estética, pero gana a sus rivales, especialmente, por precio: los 23.815 euros que cuesta la versión de acceso del T-Cross se quedan, si escogemos una versión equivalente del Ecosport, en 21.833, casi 2.000 euros menos. La versión más sencilla del Ecosport monta un 1.0 EcoBoost de 125 CV y el T-Cross básico alcanza sólo los 95 CV gracias a su TSI 1.0. Por 2.000 euros menos, te llevas un coche más grande y más potente.