¿Te imaginabas que lo de la obsolescencia programada podía llegar también a los coches? Pues, por lo visto (y aunque duren más que las neveras y los móviles) también tienen fecha de caducidad o, al menos, vida estimada. Sin quererlo, así lo ha dado a entender Dirk Hilgenberg, el director de la división de software de Volkswagen.
Mientras hablaba con unos periodistas del website especializado en tecnologías Ars Technica, el ingenuo Dirk facilitó el dato. El pobre incauto hablaba de algo más banal (las actualizaciones del sistema infotainment de los vehículos de la marca alemana), pero al preguntársele reveló la inquietante verdad: los coches que fabrica Volkswagen tienen una vida estimada de quince años. ¿Cómo se produjo la metedura de pata? Muy fácil: sucedió cuando, justo después de que Hilgenberg dijera que los vehículos de la marca de Wolfsburgo dispondrían de actualizaciones de software “durante toda su vida”, admitió sin ser muy consciente del dato que estaba revelando que esa vida no iba a pasar de los tres lustros.
Para un especialista en sistemas de infoentretenimiento como es Hilgenberg, 15 años pueden parecer una eternidad, pero para un mortal común que, de un tiempo a esta parte, paga más de 30.000 euros cada vez que cambia de coche, tres lustros es demasiado poco. En 15 años, un Volkswagen no se amortiza, pero lo grave es que, ahora, ya no queda espacio para la duda: aunque los datos que tienen las marcas sobre la durabilidad de los coches no son públicos, es fácil sospechar que un coche de diez años ya se considera viejo según ellos. Si pensabas que tu coche nuevo te iba a durar veinte, ya sabes que te equivocabas.