En Volvo (y en Geely) tienen claro que el futuro es eléctrico como demuestra su EX90. De momento, el nuevo modelo de la marca no la incorpora, pero, precisamente por ese compromiso que mantienen con la movilidad eléctrica, acaban de patentar la batería que va a revolucionar la propulsión sostenible.
El objetivo de Volvo y Geely está claro hace años: liderar la innovación y, por eso, la marca sueca ha registrado ya la que se considera primera batería inteligente del mundo. En ella, será posible controlar cada celda de manera individual durante la conducción para gestionar de la manera más eficaz posible la energía. En el dispositivo, se incorporan sensores que controlan la temperatura, la presión o el estado de los componentes químicos para medir la degradación y controlar ese riesgo cierto que amenaza a la movilidad eléctrica y que se denomina envejecimiento prematuro de las baterías.
Aún siendo revolucionarias, todas estas mejoras se quedan en poco importantes si se comparan con la funcionalidad que verdaderamente convierte a esta batería en un punto de no retorno: una unidad de control controlada mediante un algoritmo adapta el funcionamiento del sistema a lo que más conviene a cada celda. Así, cada celda inteligente puede activarse y desactivarse durante los procesos de carga y descarga del acumulador. Si se detecta un recalentamiento, se desconectan las células afectadas para que se enfríen y, si es necesario, hasta se hace circular energía entre ellas.
La autonomía del coche crece así sin necesidad de incrementar la capacidad, porque se realiza un uso más eficiente y razonado del sistema. De momento, no sabemos si la nueva batería es compatible con todos los elementos químicos habituales en estos sistemas. Veremos en qué desemboca todo pero en Volvo no dudan: quieren ganar la partida.