Los carburantes van a seguir subiendo, por desgracia, ya que el repunte actual no tiene que ver con la Operación Salida que se produce en distintos momentos del periodo vacacional.
Cada verano, la mayor demanda que implica la Operación Salida dispara precios en las gasolineras, pero a ello este año se le suman circunstancias diferentes por razones estructurales. La primera está vinculada al barril de Brent, el tipo de crudo referente en Europa y, por tanto, el que condiciona los precios de los carburantes en el continente: desde hace semanas, está por encima de los 80 dólares. El incremento de la cotización tiene que ver con la escasa oferta y la demanda sostenida. Los precios van a seguir en los niveles actuales hasta final de año como mínimo. Como siempre, la OPEP tiene la última palabra.
El gasóleo A no ha parado de subir en España desde principios de julio y la gasolina, incluso desde antes, ya que su particular escalada arrancó en junio. En los últimos quince días, ambos carburantes han subido cinco céntimos cada uno. El diésel está a 1,25 en estaciones de servicio low cost y a 1,50 en gasolineras de primeras marcas. La gasolina, al tiempo, supera ya el precio de 1,60 euros, según el Boletín Petrolero de la UE.
A fecha de hoy, llenar un depósito de 55 litros de diésel sale por 80,5 euros y llenar uno de gasolina, por 88,8. Hace un año, colmatar un depósito convencional de diésel salía por 95,3 euros y hacer lo mismo con uno de gasolina, por 96,5 incluyendo el descuento general de 20 céntimos que ya no existe.