Cuando llega el verano es habitual que se produzcan millones de escapadas en coche. Una época que es en la que más horas pasamos conduciendo bajo la luz del sol. Y lo habitual es recurrir a las gafas de sol para proteger nuestros ojos. Pero atención, porque no todas son adecuadas para llevar al volante.
Según datos oficiales de la DGT, el año pasado hubo 921 accidentes mortales en carretera, con 1.004 personas fallecidas. Y el 5% de esos siniestros fueron por deslumbramientos al amanecer o atardecer, en los que murieron 51 personas. Y es por eso que usar gafas de sol puede incluso salvar vidas.
Las lentes oscuras pueden ayudar a reducir la fatiga visual y evitar deslumbramientos, eso es cierto. Pero no todas son recomendables para usar al volante. La clave está en la categoría de filtro de las gafas, clasificadas según la norma UNE-EN ISO 8980-3:2014. Los cristales se dividen del 0 al 4, siendo el 0 el más claro y el 4 el más oscuro. Y atención, la DGT recomienda no usar las gafas de sol de filtro UV400, categoría 4. Esas son súper oscuras y absorben hasta el 92% de los rayos ultravioleta. Son las que se suelen usar en zonas de esquí o donde el sol se refleja con más fuerza.
Otras gafas que la DGT no recomienda son las lentes fotocromáticas, esas que se oscurecen con el sol y se aclaran en la oscuridad. Aunque como en las anteriores no hay una normativa específica para regularlas, es mejor dejarlas en casa.
Pero sí hay otras gafas de sol que sí son perfectas para conducir, las de categoría 3 o inferior. Estas filtran entre el 81% y el 91% de los rayos ultravioleta.
Asimismo, también se pueden llevar con cristales de distintos colores. Las más recomendadas con las que llevan lentes grises. Ahora, si os toca conducir en condiciones de poca luz, como amanecer, atardecer o niebla, mejor elegir lentes de color amarillo.