Son varios los factores que influyen en la subida del precio de la gasolina y el diésel. El principal, la escasez, promovida por medidas como la de la OPEP+ que ha limitado la extracción de crudo temporalmente. Tal y como anunció en 2022, durante este 2023 está manteniendo la reducción de extracción de crudo, dejando la producción en 1,66 millones de barriles diarios.
Sin embargo, hay otros factores externos incontrolables que también tienen que ver con las subidas y bajadas. Por ejemplo, las temperaturas. Las olas de calor también están influyendo en el precio del combustible.
Según Tom Kloza, el jefe del Servicio de Información de Precios del Petróleo, las altas temperaturas están jugando un papel importante en esta escalada de precios. El calor extremo está afectando a las refinerías. “Las refinerías se descomponen con el calor extremo. Es como hacer funcionar un motor a temperaturas muy altas durante mucho tiempo”, señaló Tom Kloza.
Andy Lipow, presidente de la consultora Asociados de Petróleo de Lipow, nos lo explica. Para producir el combustible, las refinerías calientan el petróleo crudo a temperaturas de entre 480 y 536 grados centígrados para descomponer sus moléculas. Después, deben enfriarlo para obtener el producto final. Pero llevar a cabo este proceso cuando el termómetro marca más de 37 grados es mucho más caro. “A medida que hace más calor afuera, volver a enfriarse se vuelve cada vez más difícil”, apunta Lipow. Es como hacer funcionar un motor a altas temperaturas durante mucho tiempo. Enfriarlo requiere más energía y, por tanto, mayor gasto.
Un problema que, visto lo visto, cada vez va a tener menor solución. El cambio climático está haciendo que los periodos de frío cada vez son más cortos, así que la bajada de precios en invierno va a durar menos cada vez menos.