Si eres conductor habitual, como habrás comprobado en los últimos días y semanas, la gasolina y el diesel no dejan de protagonizar subidas. En la última semana se registró un aumento del 2,16% en el precio de la gasolina y un 2,45% en el diésel.
Los aumentos son más pronunciados si tomamos los datos de lo que va de 2023. La gasolina ha subido casi un 20%. Mientras que el diésel lo ha hecho en un 2,9%. Es cierto que el gasóleo ha protagonizado una subida más moderada, pero cabe recordar que llegó a estar más caro que la gasolina.
La única buena noticia es que los precios siguen siendo inferiores a los del año pasado, cuando se llegaron a alcanzar precios superiores a los 2 euros por litro. Actualmente la gasolina se sitúa en una media de 1,687 euros por litro, mientras que el diésel se mantiene en 1,555 euros el litro.
Las limitaciones en la extracción de crudo, los mayores costes en su refinamiento debido a las olas de calor y la subida de la demanda en verano son factores clave en estos aumentos. Y según los expertos, no se espera una estabilización a corto plazo. En septiembre, cuando hayan terminado las operaciones salida y retorno, seguirá aumentando. Y ojo, porque por el momento no hay noticias acerca de una posible reactivación de las ayudas que el año pasado nos rebajaban 20 céntimos por litro. Una situación que deja en una complicada situación a las clases medias y bajas que necesitan el coche para trabajar.
Pero no desesperes. No vendas todavía tu coche de combustión interna. Estos mismos expertos aseguran que los precios volverán a bajar de nuevo a finales de año. Antes de 2024 podríamos empezar a ver los primeros descensos en el precio del combustible. Eso sí: no lo harán de golpe, sino progresivamente. Y habrá que ver si recuperamos los precios de antes de verano.