En los años 60 se popularizó el buggy, un modelo destinado a terrenos arenosos que estaba destinado a la pura diversión. Sus pocas posibilidades y su elevado precio relegó este tipo de vehículos a un publico muy especializado, lo que llevó a los fabricantes dejarlos en el olvido. Sin embargo, una empresa estadounidense acaba de recuperar el concepto y lo ha adaptado a los nuevos tiempos.
Se trata del Meyers Manx 2.0. Su origen está en el Meyers Manx 2.0 Electric, un buggy biplaza que fue presentado el año pasado que recupera la esencia de los buggies clásicos, con un techo en forma de visera, un parabrisas delantero muy vertical y faros redondos delante y detrás. Tampoco le faltan los neumáticos de gran tamaño, así como carece de puertas.
Este modelo está a la venta y está disponible en seis colores, todos ellos con techo en color gris. Este techo es desmontable. Y en el interior encontramos asientos tapizados en tela o en cuero negro.
En el apartado mecánico, el Meyers Manx se mueve con un bloque de 202 CV de potencia que consigue gracias a dos motores eléctricos. Estos envían su fuerza a cada una de las ruedas traseras.
Este bloque se alimenta de una batería disponible en dos opciones. La básica tiene 20 kWh de capacidad y permite recorrer 240 kilómetros con una sola carga. En el nivel superior tenemos una batería de 40 kWh de capacidad y consigue 480 km de autonomía. Además, consigue acelerar de 0 a 100 km en 4,5 segundos. Y buena parte de esta alta eficiencia es gracias a sus 750 kilos de peso.
En cuanto a los precios, estamos hablando de 74.000 dólares (68.000 euros al cambio) para la edición especial de lanzamiento.