La cuenta atrás ya ha empezado. La transición hacia la movilidad eléctrica está en marcha. Está previsto que en 2035 se dejen de vender coches en la Unión Europea que no sean completamente eléctricos. Y en 2050 no estará permitido circular con coches de combustión térmica. Y aunque parezca que la cosa quede muy lejos, no nos daremos cuenta y ya nos habremos plantado en 2035.
Hasta entonces, el parque automovilístico irá cambiando progresivamente. Y del mismo modo, también cambiarán las gasolineras. Y es que si quieren sobrevivir, tendrán que cambiar el modelo de negocio.
La primera gasolinera se inauguró a principios del siglo XX. Y desde ese momento, a pesar de que ha pasado un siglo, su diseño básicamente no ha cambiado. No hablamos de esas que están acompañadas de un área de servicio, sino de la gasolinera en particular.
No obstante, como decíamos, estas van a tener que cambiar. Porque lo habitual hoy en día es estar cinco minutos entre que repostamos y pagamos. Sin embargo, en el futuro tendrán que estar pensadas para que la gente pueda pasar el tiempo que el coche tarda en cargar. Es decir, entre 15 minutos y una hora como mínimo.
En este sentido, ya empiezan a circular proyectos enfocados a estas nuevas estaciones. En ellos se pueden ver lugares donde los conductores no solo cargarán su coche, sino que también podrán tomar algo en las cafeterías bien, leer o simplemente relajarse, e incluso ver una película.
Estos cambios no serán tan radicales en las áreas de servicio que encontramos por las vías rápidas, pues habitualmente cuentan con su zona de entretenimiento, con servicio de alimentación y tiendas. Aunque estas tendrán que adaptar el espacio a los nuevos tiempos.