Es de sobras conocido que uno de los propósitos de los gobiernos en los últimos años, especialmente los más concienciados con el tema, es y ha sido el de intentar hacer de nuestra sociedad una sociedad mas justa en términos de igualdad entre los hombres y las mujeres.
Si bien es cierto que la sociedad ha avanzado mucho en este sentido y que las nuevas generaciones de jóvenes son mucho menos machistas que las de sus predecesores (aunque evidentemente siempre hay excepciones), siguen quedando ciertos rastros, ciertos detalles que poco a poco también se van cambiando.
Uno de ellos puede parecer una tontería, pero no deja de ser un ejemplo de cómo el machismo estaba (y lo sigue estando en muchos casos) implantado en la sociedad: las señales de la DGT.
Así, la Dirección General de Tráfico ha optado por modificar algunas de sus señales de tráfico, entre ellas la P-21b, que avisa del peligro por la cercanía de una zona que frecuentemente podemos encontrarnos con personas de la tercera edad. En este caso se ha alterado el orden de las personas que aparecen en ella, siendo la figura femenina la que va delante de la masculina.
La misma opción se ha tomado con la P-21a, que avisa del peligro por la proximidad de un lugar frecuentado por menores y que ya no refleja la imagen de un niño dándole la mano a una niña, sino al contrario.
También es el caso de la señal S-30, una señal de zona peatonal que pasa de mostrar la figura de un hombre andando y la de una mujer llevando un carrito de bebé, por la de una mujer andando y un hombre empujando el carrito. Pequeños cambios que, a la larga, acaban siendo significativos y que ayudan a hacer de nuestra sociedad una sociedad más justa.