Cuando estamos al volante, no solo debemos preocuparnos por la seguridad o por mantener el confort de todos los pasajeros. El bienestar de las mascotas también es crucial. Además de asegurarnos de que nuestros amigos peludos viajen de manera segura en el coche, es fundamental entender que dejar a tu perro solo dentro del vehículo está completamente prohibido. Puede conllevar multas de hasta cinco cifras.
Antes de nada hay que tener en cuenta que un vehículo cerrado puede convertirse en un horno mortal, incluso si dejas las ventanas un poco abiertas. La temperatura en el interior del automóvil puede dispararse a niveles extremos. Puede que el exterior esté a 20ºC, pero el interior del coche, tras estar bajo el sol, puede superar los 45ºC en tan solo una hora, tal y como han demostrado en numerosos estudios.
Además, algunos animales como los perros, no pueden regular su temperatura corporal tan bien como los humanos. No sudan. La única manera de mantenerse frescos es a través del jadeo. Y por ello sufren mucho más en temperaturas extremas, llegando a sufrir golpes de calor o incluso la muerte.
Dicho esto, el Congreso aprobó una nueva ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales, conocida como la Ley de Protección Animal, que entró en vigor el 29 de septiembre. Esta ley tiene como objetivo garantizar la máxima protección y bienestar de nuestras mascotas.
Además de endurecer las sanciones por maltrato y abandono animal, la ley incluye una cláusula que prohíbe específicamente dejar a una mascota sola dentro del coche. El artículo 24, en su apartado 2. d), dice claramente: “No dejarlos solos dentro de vehículos cerrados, expuestos a condiciones térmicas o de cualquier otra índole que puedan poner su vida en peligro”.
En caso de incumplirla puede ser motivo de multa. Y estas pueden oscilar desde 500 hasta los 10.000 euros. No importa si lo has dejado a la sombra, si las ventanas están bajadas, o si has dejado el aire acondicionado funcionando y agua. La prohibición es tajante y las multas aplican sin importar el estado del coche o la condición del animal.