Por mucho que en los últimos años la tecnología ha ayudado mucho a los conductores a evitar posibles accidentes a través de diferentes sistemas de ayuda a la conducción como es el caso de sistemas como el de la frenada de emergencia, el mantenimiento de carril o el aviso de posible colisión, lo cierto es que los tres elementos más importantes en cuanto a la seguridad en un coche siguen siendo elementos físicos y no tanto electrónicos.
No son otros que los frenos, los neumáticos y los amortiguadores. No podía ser de otra forma muchos conductores siempre estar muy atentos al estado de las pastillas de freno y de los neumáticos, entre otras cosas porque son estos últimos los que están en contacto con la carretera y, por lo tanto, el elemento principal en cuanto a la seguridad en un coche.
Pero cabe destacar que tener unos amortiguadores en mal estado puede ser muy peligroso. Por un lado porque la conducción se convierte en más incómoda aumentando el tiempo de reacción del propio conductor y, por otro, porque afecta significativamente a la distancia de frenado al perder agarre al firme de la vía pudiendo llegar a perder el control del vehículo, especialmente en curvas muy cerradas. Además, tener una suspensión en mal estado acaba acortando la vida útil de nuestros neumáticos un 20%.
Puede cambiar los amortiguadores, lo mejor es seguir evidentemente los consejos de cada fabricante, aunque son muchos los expertos que apuntan que, como mínimo, deberían cambiarse cada 50.000 km.
Y es que a partir de los 30.000 km es cuando ya empieza a perder poco a poco su eficiencia al 100 × 100, por lo que a los 50.000 km sigue gastando en un estado correcto pero empieza ya a ser un elemento que puede acabar siendo peligroso en ciertas ocasiones.