La transición hacia la movilidad eléctrica no está siendo un camino de rosas para los conductores, abocados a tener que pagar más por tener un coche propio. Pero nosotros no somos los únicos perjudicados. Porque ello está generando dificultades a los fabricantes. Responsables de algunas marcas ya están expresando su preocupación por el futuro incierto del sector con los coches eléctricos llamados a ser los protagonistas.
La venta de estos vehículos ha dado un frenazo, especialmente en los EEUU, y la acumulación de inventario amenaza con hacer tambalear sus multimillonarias inversiones. La demanda de coches eléctricos ha experimentado una desaceleración, y ni los descuentos ni los incentivos parecen estar reviviéndola. Ya no es como antes, cuando los entusiastas del eléctrico se lanzaban de cabeza a comprar los nuevos modelos. Ahora, los compradores se toman su tiempo y comparan las prestaciones de los vehículos eléctricos con los híbridos y los de gasolina.
En Europa la historia es un poco diferente. Aquí, la demanda de coches eléctricos sigue siendo fuerte, y ha experimentado 14 meses consecutivos de crecimiento de las ventas. Según la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA), las ventas de coches eléctricos han aumentado un 14,3% en comparación con el año anterior, y las de híbridos han subido más de un 30%.
Pero aún con estos datos positivos, durante los primeros nueve meses de 2023, la demanda de coches (eléctricos, híbridos o de combustión) se mantiene un 20% por debajo del mismo periodo en 2019.
General Motors (GM) es uno de los fabricantes que ha expresado sus preocupaciones. Mary Barra, su directora general, que fue una de las primeras en apostar por convertir la compañía en un fabricante exclusivo de vehículos eléctricos, ha cambiado de opinión. Durante la presentación de resultados de la compañía en el tercer trimestre del año, Barra anunció que GM renuncia a alcanzar sus objetivos de producción.
Mercedes-Benz, el fabricante alemán, tampoco está muy seguro del futuro de este mercado. Su Director Financiero, Harald Wilhelm, lo ha dejado claro: "Me cuesta imaginar que el statu quo actual sea plenamente sostenible para todos". Los precios de sus modelos eléctricos se han reducido significativamente para atraer a los clientes, pero aún así, las dudas persisten.
Tesla, el líder histórico en el mercado de coches eléctricos, también ha dado señales de alarma. Elon Musk, su director general, ha atribuido la disminución de la demanda en algunas regiones a problemas de acceso a préstamos, deudas de los ciudadanos y conflictos bélicos en el mundo.
Hay más. Ford ya modificó sus previsiones de fabricación y extendió el plazo para alcanzar su objetivo de producción anual de 600.000 vehículos eléctricos. Y también ha descartado su objetivo de fabricar 2 millones de unidades en 2026.
Honda también se ha retirado de sus planes de desarrollar vehículos eléctricos asequibles en colaboración con GM. Toshihiro Mibe, su consejero, declaró que después de un año de estudio, decidieron que no sería un buen negocio y pusieron fin al desarrollo de un vehículo eléctrico asequible.
Pero el que ha hablado más claro es Akio Toyoda, el presidente de Toyota. En declaraciones recientes, expresó que la gente está viendo la realidad y que la industria automovilística no debería centrarse exclusivamente en los vehículos eléctricos. Toyoda ha abogado por invertir en otras formas de transporte, como los coches híbridos y otras opciones más allá de los eléctricos. Además, cargó contra los políticos, diciendo que las regulaciones basadas en ideales perjudican a los usuarios normales.