El mundo del automóvil está sufriendo importantes cambios con las nuevas normativas anticontaminación y contra el cambio climático de la Unión Europea. Sobre todo, los deportivos son los que más están sufriendo. Estos modelos requieren cada vez mayores inversiones para reducir las emisiones, lo que hace que sean cada vez más caros y generen menos beneficios a los fabricantes. Por eso poco a poco están siendo eliminados para dar paso a versiones eléctricas que, si bien también son muy potentes, no podrán dar nunca lo que ofrece un deportivo de combustión interna.
Uno de los modelos que marca este punto de inflexión es el Renault Mégane R.S. Un modelo que supone el punto y final de la división Renault Sport y que también es el último compacto deportivo de la firma francesa. Este compacto ha dado muchas alegrías a la marca en los últimos años y muy buenos momentos a quienes han tenido la suerte de tener uno. Un Mégane que ya muchos añoran y que consigue 300 CV de potencia.
Este Mégane ya no está disponible en el configurador del fabricante francés. Pero según algunos portales especializados, aún se puede conseguir desde 44.400 euros. Un precio que supone una importante rebaja de casi 11.000 euros respecto a los 55.280 € de su tarifa oficial.
El Mégane R. S. está propulsado por un motor de gasolina turboalimentado de 1.8 litros que desarrolla 301 CV de potencia y 420 Nm de par máximo. Se asocia a un cambio automático de 6 velocidades y a un sistema de tracción delantera. Y las prestaciones son para quitarse el sombrero. Hace el 0 a 100 km/h en 5.8 segundos y alcanza una velocidad máxima de 250 km/h. Eso sí, ojo al consumo. Hablamos de una media de 8.4 litros cada 100 km, con unas emisiones de 190 gramos de CO2 por km.
Y en equipamiento, siempre ha venido de lo más completo. Incluye de serie elementos como climatizador, navegador, faros LED, control de crucero, bluetooth, USB, acceso y arranque sin llave, sensores de parking, freno de mano eléctrico, etc.
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