Sabemos que cuidar el coche es básico para que nos dure más y no nos deje tirados en la carretera. Sobre todo con los tiempos que corren, en los que los precios del sector se han disparado. Hoy en día un modelo de acceso cuesta lo que hace dos años la versión más equipada.
Uno de los síntomas más preocupantes es el humo negro que sale del tubo de escape. Ello es debido a la carbonilla que se acumula en el motor. Otras señales de presencia de carbonilla en el motor son algún que otro titubeo al encender el motor, tirones y vibraciones extrañas, o incluso una pérdida de potencia. Si quieres eliminarla, aquí te contamos algunos consejos.
La carbonilla, ese residuo sólido que se acumula en el motor cada vez que arrancamos desde cero. Una parte del combustible se queda en los cilindros, lo que es muy perjudicial para nuestro coche.
La opción número uno: visita al taller. Allí tienen herramientas para deshacerte del exceso de carbón. Pero si te va más el hacerlo tú mismo, en el mercado hay productos que te pueden echar un cable.
No obstante, hay otras vías para reducir la presencia de carbonilla. Los expertos sugieren darle un poco de alegría al acelerador, especialmente si tu coche es diésel. Revoluciona el motor entre 1.800 y 2.500 vueltas, siempre después de unos minutos de haberlo arrancado para que se caliente un poco.
Para ello es recomendable salir a la carretera, amigo. Ahí puedes dejar que tu coche se estire sin tener que frenar cada dos por tres. Asimismo, cuando lo hagas, es recomendable circular a una marcha más baja de lo habitual.
Asimismo, también funciona usar combustibles de alta calidad y evitar las gasolineras low cost. Los carburantes de estas últimas no contienen algunos aditivos que si encontrarás en los combustibles más refinados.