Quedarse sin batería es más habitual de lo que puede parecer. Y si llevas conduciendo cierto tiempo, seguramente te habrá pasado al menos en alguna ocasión. Lo más fácil en estos casos es llamar a la grúa para que nos asista. Aunque en estos casos seguramente tendrá un coste económico, ya sea porque eres socio de alguna compañía, porque te cobran el desplazamiento o porque tienes que pagar una batería nueva.
Asimismo, la mejor alternativa pasa por conectar tu batería a la de otro coche mediante unas pinzas. Si no tienes unas, se pueden comprar en una gasolinera y no son muy caras.
Sin embargo, no siempre hay gasolineras cerca. Y no necesariamente tienen que tener en todas las estaciones. Así las cosas, existen otras dos soluciones para arrancar el motor.
Una de ellas es la típica de empujar el coche con la primera marcha puesta y el embrague pisado, y levantar el pie cuando ha cogido suficiente velocidad. Solo requiere dos personas, una empujando y otra manipulando los mandos, y tener la coordinación suficiente con los pedales para que no se cale. En este sentido, una vez arrancado, acelera a gran velocidad, lo que lleva a muchos conductores a pisar el freno sin volver a pisar el embrague.
Pero no siempre contamos con personas que nos ayuden. Y tampoco contamos siempre con el espacio suficiente para empujar el coche. En este caso, tendrás que recurrir a la alternativa que propone el usuario de YouTube 'Vicesat'.
El primer paso sería dar contacto al coche y meter la segunda marcha. A continuación, levantaremos uno de los neumáticos delanteros con un 'gato' y rodearemos la rueda con dos cinturones de seguridad unidos entre sí. Posteriormente debemos tirar de los cinturones para girar el neumático con fuerza. Ello hará girar los cilindros y debería arrancar el coche. En todo caso, debes quitar la marcha y frenar la rueda antes de quitar el gato.
Dicho esto, cerramos diciendo que estas ventajas no las tendrás con un coche eléctrico. Ahí, si el coche no arranca, no queda otra que llamar a la grúa y, por tanto, pagar. En otras palabras, ni los de combustión interna no son tan malos, ni los eléctricos son tan buenos.