Uno de los motivos por los cuales BMW puede presumir de ser una de las marcas premium mejor valoradas entre los amantes de los coches de altas prestaciones es su gama de modelo M.
Como ocurre con los AMG en Mercedes o los RS en Audi, la familia de modelos M de BMW pasa por ser una alternativa mucho más potente y claramente diferenciada al resto por sus diseños mucho más deportivos y agresivos.
No son evidentemente las versiones más vendidas, pero sí que son opciones muy interesantes para aquellos que, sin tener en cuenta su alto coste, quieren un deportivo muy top sin tener que recurrir a según qué marcas aún más caras.
El problema para los amantes de las versiones M de los BMW es que, tal y como han apuntado desde la marca, los planes del fabricante pasan por acabar eliminando más pronto que tarde las versiones que cuenta con transmisión manual.
“Son coches divertidos, pero seamos honestos, los volúmenes son cada vez más pequeños. Por eso ya no tiene sentido desarrollarlos. Si quieres un BMW M con cambio manual, tienes que comprarlo ahora”, ha apuntado Frank Weber, uno no de los máximos responsables de la marca en una reciente entrevista.
Si bien es cierto que las transmisiones manuales acaben ofreciendo un mejor control sobre el motor y la reacción del coche por parte del conductor, es un tipo de transmisión cada vez menos demandad en Europa y entre los usuarios de los BMW M, de ahí que la marca no quiera seguir invirtiendo en ellas y vaya a apostarlo todo a las transmisiones automáticas.
Una decisión que, como ha ocurrido en otros casos en los últimos años, no va a gustar nada a los más puristas, que ven cómo poco a poco ciertas marcas se están alejando de algunas cosas que parecían intocables hace apenas unos años.