CUPRA ha demostrado ser una historia de éxito desde que SEAT decidió separar sus líneas de trabajo. Con modelos como el Formentor y el Born, la marca ha ganado una personalidad propia y ha creado coches distintivos. Ahora, con la llegada del CUPRA Tavascan, su segundo modelo eléctrico, la marca busca consolidar su posición en el mercado. Sin embargo, hay un detalle que lo alejará de muchos conductores.
El CUPRA Tavascan comparte plataforma con otros modelos del grupo Volkswagen, como el Volkswagen ID.5, el Skoda Enyaq Coupé y el Audi Q4 e-tron Sportback. Todos estos modelos comparten la misma versión de la plataforma MEB, lo que garantiza una base sólida y tecnológicamente avanzada.
Además de su diseño exterior e interior distintivo, el Tavascan ofrece varias opciones mecánicas a los clientes. Desde el modelo de acceso, con un único motor trasero de 286 caballos de potencia y una batería de 77 kWh de capacidad que proporciona una autonomía de hasta 547 kilómetros, hasta el modelo superior, el Tavascan VZ, con motor dual que alcanza los 340 caballos y una autonomía de 517 kilómetros.
La plataforma MEB del Tavascan ofrece una potencia de carga limitada a 135 kW en corriente continua y hasta 11 kW en corriente alterna, lo que garantiza tiempos de recarga razonables tanto en casa como en estaciones de carga públicas.
A pesar de sus impresionantes características técnicas y su capacidad de carga rápida, el principal inconveniente del CUPRA Tavascan es su precio inicial elevado. Con un precio de salida de 52.010 euros, sin incluir ofertas ni ayudas estatales, el modelo se sitúa en un rango de precios que puede ser prohibitivo para muchos consumidores españoles.
Aunque el Tavascan ofrece un rendimiento y una tecnología impresionantes, su precio inicial alto podría ser un obstáculo significativo para su éxito en el mercado español, especialmente en un momento en que los consumidores son cada vez más conscientes del valor por su dinero y buscan opciones más asequibles.