El mercado automovilístico está en constante evolución, y Citroën ha decidido ajustar su estrategia para competir directamente con marcas como Dacia. Tradicionalmente, Dacia ha sido vista como una marca low-cost, ofreciendo productos asequibles que satisfacen las necesidades de muchos conductores. Sin embargo, Citroën, bajo la dirección de su CEO Thierry Koskas, ha comenzado a aceptar y aprovechar las comparaciones con Dacia para capturar una mayor cuota de mercado. "Somos una marca popular, pero no ‘low cost’; Dacia es un rival y no nos avergüenza decirlo".
Citroën es parte del grupo Stellantis, que incluye 14 marcas. Este conglomerado ha trabajado para diferenciar sus marcas, evitando la competencia interna directa. Citroën ha sido posicionada como una de las marcas más económicas del grupo. Esta estrategia ha permitido a Citroën competir más agresivamente en el segmento de acceso al mercado.
Dacia ha mantenido su enfoque en coches baratos y fiables, pero ha evolucionado considerablemente en términos de diseño y tecnología. Modelos como el Dacia Duster han demostrado mejoras significativas, lo que ha llevado a un aumento en sus precios. A pesar de esto, Dacia sigue siendo una opción económica popular entre los consumidores, lo que presenta un desafío para Citroën.
Citroën ha lanzado el ë-C3, un modelo eléctrico que compite directamente con el Dacia Spring, el eléctrico más barato del mercado. Con un precio de salida de 23.800 euros, el ë-C3 ofrece mejores características técnicas en términos de potencia y autonomía. Este movimiento estratégico de Citroën demuestra su intención de captar a los consumidores que buscan vehículos eléctricos asequibles.
Anteriormente, Citroën evitaba compararse con Dacia, pero ahora ha adoptado una postura más competitiva. Aunque sus gamas altas, como el C5 y el C5 Aircross, no tienen equivalentes en Dacia, la verdadera batalla se da en los modelos de acceso. Citroën confía en que su nueva oferta eléctrica le permitirá ganar ventas frente a sus competidores.