Ford, una de las marcas más veteranas en la industria automotriz, ha decidido ajustar su estrategia en respuesta a las dinámicas cambiantes del mercado y la evolución de la tecnología automotriz. La empresa ha reconocido que, aunque su vasta experiencia le otorga una ventaja competitiva, hay factores externos que requieren una reevaluación constante de sus planes.
La revolución de los motores eléctricos ha transformado la industria del automóvil, introduciendo nuevas opciones de motorización y alterando las preferencias de los conductores en todo el mundo. Ford, consciente de estos cambios, había inicialmente proyectado convertirse en una marca completamente eléctrica en Europa para 2030. Sin embargo, la transición hacia los vehículos eléctricos ha sido más lenta de lo anticipado.
Contrario a las predicciones, los coches eléctricos aún representan una menor cuota de mercado comparados con los modelos de combustión interna y los híbridos. Este ritmo más lento ha llevado a muchos fabricantes, incluido Ford, a reconsiderar sus estrategias. Ford ha anunciado que continuará ofreciendo modelos de combustión más allá de 2030, adaptándose a la realidad del mercado y las necesidades de sus clientes.
Marin Gjaja, director de operaciones de la división de electrificación del Modelo E de Ford, explicó que la decisión de mantener una oferta diversificada es crucial. Gjaja comentó: “No creemos que ser totalmente eléctricos de aquí a 2030 sea una buena opción para nuestro negocio ni para nuestros clientes”. Esta reflexión subraya que, aunque la transición hacia lo eléctrico es inevitable, la empresa debe alinearse con las preferencias y ritmos de adopción de sus consumidores.
Ford planea competir de manera agresiva en todos los frentes: con vehículos de combustión interna pura, vehículos eléctricos de batería pura, y modelos híbridos. Esta estrategia permitirá a los clientes elegir el sistema de propulsión que mejor se adapte a sus necesidades y casos de uso específicos. La flexibilidad en la oferta de productos es vista como una ventaja competitiva en un mercado cada vez más diversificado.
La empresa reconoce que la realidad del mercado ha forzado a toda la industria a ajustar sus planes. La demanda de los consumidores y la infraestructura aún en desarrollo para los vehículos eléctricos son factores clave que influyen en estas decisiones. Ford, al escuchar y adaptarse a estas señales del mercado, espera mantenerse relevante y competitivo en los próximos años.