Las vacaciones han llegado a su fin y con ello los días de descanso y de disfrute, en muchos casos, en zonas de costa o de montaña. Con lo que significa en muchos casos, gastos que se han previsto con el objetivo de disfrutar con cabeza de esos días de tranquilidad. Sin embargo, en ocasiones llegan a los buzones cartas que no se esperan como las multas de tráfico. Un imprevisto que puede llevar a descuadrar las cuentas. Sin embargo, ha salido a la luz una manera de recurrir estas sanciones.
Año tras año se aumenta el número de multas tramitadas por la DGT y, por tanto, la cantidad recaudada. En 2022, el último año que se ofrecieron cifras oficiales fueron superiores a 507 millones de euros. Sin embargo, en los tribunales se ha llegado a demostrar que los conductores pueden hacer valer sus derechos consiguiendo anular miles de multas.
Hay un aspecto muy importante y es el hecho de que los radares fijos deben someterse a una homologación muy estricta, así como una colocación determinada. Dos características que si no se encuentran en su debida situación puede llevar a que las sanciones no puedan efectuarse. Para ello, hay un detalle que sirve como fundamento legal para un recurso.
Según rige la ley, los radares fijos que no están operarios por ningún agente deben hacerse dos fotos al vehículo. Estas dos instantáneas en ningún caso pueden ser la misma siendo una de ellas ampliando la matrícula de la primera foto. La primera debe ser una fotografía general en la que se pueda ver el vehículo por completo y la segunda debe de ser de la matrícula.
Estas dos capturas deben contener información como la hora a la que están hechas y el lugar. De manera que debe precisarse con claridad que se trata de dos fotografías diferentes. Sin embargo, este detalle mucha gente no lo sabe y decide abonar el dinero expuesto en la multa que le llega.
Otro de los aspectos importantes es el hecho de saber si se ha aplicado el margen de error del 7%. Así lo afirma una asesora de finanzas Cassandra Gassó García en sus redes sociales. Lo hace a través de un vídeo de un caso inventado de una multa que le llegó por ir a 130 km/h, cuando pasaba con el límite de 120 km/h.