Los coches de origen chino han tenido mala fama durante años en Europa. Ha existido la tendencia a pensar que lo chino suele ser imitación de mala calidad. Sin embargo, esta situación ha cambiado radicalmente. Hoy en día, marcas como MG y BYD están logrando una expansión espectacular en mercados como el español, gracias a su oferta competitiva y a estrategias bien definidas que les permiten desafiar a los fabricantes tradicionales.
En 2024, las ventas de vehículos de origen chino en España alcanzaron las 66.608 unidades, triplicando sus cifras en tan solo dos años. Aunque representan un 6,55% del mercado, este avance es significativo si se compara con el 2,6% de 2022. De todas las marcas chinas, MG y BYD destacan por acaparar el 75% de las ventas en este segmento, consolidándose como líderes de este movimiento.
MG, una marca con raíces británicas adquirida por el gigante chino SAIC en 2005, ha logrado situar su modelo ZS entre los más vendidos de España, con 20.386 unidades en 2024. Este SUV compacto ofrece una versión híbrida no enchufable, económica y eficiente, ideal para el mercado español. Otros modelos como el MG3, un rival directo del Toyota Yaris, y el MG HS, un SUV mediano, también contribuyen al éxito de la marca.
Por su parte, BYD no se queda atrás. Con una reputación consolidada como el mayor fabricante de vehículos eléctricos e híbridos del mundo, la marca china presentó en 2024 el BYD Seal U, su modelo más vendido, con 1.929 unidades. Este SUV intermedio combina diseño, tecnología y opciones tanto eléctricas como híbridas enchufables, satisfaciendo las demandas de un mercado en transición hacia la movilidad sostenible.
Además del éxito de MG y BYD, otras marcas chinas como Omoda también han comenzado a ganar terreno en Europa. Existen muchas razones tras esta tendencia creciente. Pero hay una que pesa por encima del resto: sus precios. ¿Cómo pueden ser capaces de ofrecer mejores productos que las marcas tradicionales a precios inferiores?
La respuesta es que el gigante asiático acumula más años de experiencia en el sector de la movilidad eléctrica. Van un paso por delante y hace años que rentabilizaron la inversión. Y ello les permite producir a menor coste. El resultado: una estrategia que se basa en precios competitivos, tecnología avanzada y una rápida expansión que incluye la instalación de fábricas y centros de producción en Europa, como los casos de BYD en Hungría y Turquía.
Y ojo, porque también trabajan en tecnologías que marcarán el futuro de los coches eléctricos. Por ejemplo, baterías de nueva generación. BYD y otros gigantes como CATL lideran este sector, con la vista puesta en el desarrollo de baterías en estado sólido, una tecnología que promete revolucionar la industria en la próxima década.