La noche en la que Seedorf descubrió a las meigas
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Cuando Clarence Seedorf fue propuesto como técnico del Deportivo, su primer pensamiento, seguramente, se trasladó a una fría noche de abril hace 14 años. Una noche en la que con el Milan viajaba a la ciudad gallega para solventar un trámite tras la goleada de la ida en San Siro por 4-1.
Lo que parecía una noche plácida para el vigente campeón de Europa, se convirtió en una pesadilla. Nadie en la previa podía prever que el Deportivo podía ser capaz de remontar 3 goles a un equipo en el que se encontraban jugadores de época como Paolo Maldini, Andrea Pirlo, Kaká o el propio Clarence Seedorf. Sin embargo, los deportivistas salieron al césped de Riazor con el cuchillo entre los dientes, marcando Walter Pandiani en los primeros 5 minutos un gol que hacía saltar todas las alarmas a los lombardos.
A medida que el partido avanzaba el ambiente cada vez era más enrarecido y se palpaba en el estadio que algo mágico estaba sucediendo, algo que no tenía una explicación racional, digno de la intervención de las famosas meigas que de generación en generación van sobrevolando la geografía gallega. Al descanso, el Deportivo ya ganaba 3-0, remontando momentáneamente la eliminatoria sin necesitar, siquiera, los 90 minutos reglamentarios.
La segunda parte no hacía más que confirmar los presagios del equipo de Seedorf, los milanistas caían 4-0 y quedaban eliminados ante un Dépor inolvidable. Un doloroso recuerdo para el entrenador holandés, que a buen seguro fue un elemento importante para decantarse con los coruñeses y completar una misión: despertar su gen ganador.