El bache del Dépor ya roza la crisis
Los tropiezos de Granada, Albacete y Osasuna convertían la visita del Deportivo a Son Moix en una ocasión pintiparada para disipar fantasmas a domicilio y situarse a un único punto del liderato en LaLiga 1|2|3. Pero de nuevo el Dépor se quedó en tierra de nadie. Si la inesperada lesión de Carlos Fernández supuso un freno inesperado a los planes iniciales de Natxo González, más trabas puso el Mallorca durante 90 minutos discretísimos del conjunto coruñés que finalizaron con la tercera derrota lejos de Riazor (1-0).
El míster vasco del Dépor apostó por Cartabia como enganche, le dio galones a Vicente en la medular –en detrimento de Edu Expósito–, y relegó a David Simón el banquillo. Su puesto en el lateral derecho lo ocupó Bóveda.
El Mallorca entró en el partido imponiendo su guión: combinaciones rápidas por dentro como vía para atraer al Dépor y rápidamente buscar el uno contra uno en banda. La verticalidad y desparpajo de Merveil y Lago Junior incomodó a la zaga coruñesa en el arranque, aunque poco a poco los extremos bermellones se vieron obligados a ponerse el mono de trabajo en defensa.
Las incorporaciones al ataque de Sastre agobiaron al Dépor
Los hombres de Natxo González rebajaron el ritmo del duelo aumentando su porcentaje de posesión de la pelota. Sin profundidad, el Deportivo sí logró descansar a través del esférico. Los primeros acercamientos herculinos llegarían en el minuto 25 de juego, pese a que ninguno de ellos puso en aprietos reales a Reina.
Sí incomodaría a Dani Giménez un saque de equina peinado en el primer palo por Valjent que se paseó por delante de la meta coruñesa sin que Raíllo pudiese enviar el balón al fondo de la red. Antes, el Mallorca había reclamado penalti por mano de Bóveda. Al vasco le pegó el balón en el brazo, pero primero el esférico había chocado en su rodilla derecha.
Sin fluidez ni brillo por parte del Deportivo se llegaría al tiempo de descanso.
En la reanudación, el Mallorca dispondría de dos situaciones claras para ponerse por delante en el electrónico: primero en un disparo de Sastre desviado por Marí que pegó contra el poste izquierdo de la meta defendida por Dani Giménez y el segundo un testarazo de Pedraza repelido con acierto por el meta vigués.
El monopolio del peligro lo rompería Domingos Duarte en una falta lateral que el central luso remató libre de marca. El central portugués no consiguió darle la dirección deseada al cabezazo y la pelota encontró los brazos Reina.
Un zapatazo de Lago Junior castigó a un Dépor sin ideas
La jugada resultó ser un oasis en el desierto: Dani Giménez se vería obligado a sacar una mano salvadora para desviar un disparo local desde la frontal e, instantes después, de nuevo la madera se cruzaría en el Mallorca. Abdón Prats remataría cayéndose un centro colgado al corazón del área y sería el travesaño quien impediría el 1-0.
Tanto iba el cántaro a la fuente que Lago Junior encontraría la red de la portería deportivista en una arrancada por la zona central en la que el extremo africano contó con la complacencia del medio del campo blanquiazul. El goleador del Mallorca le pegó con dureza desde el borde del área y buscó la altura para evitar la estirada de Dani Giménez.
In extremis, el Dépor estaría a punto de encontrar el empate en un cabezazo de Christian Santos desviado al larguero por Raíllo.
No hubo tiempo para más. A la vista del juego y de los resultados recientes, el bache blanquiazul ya roza la crisis.
