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Bóveda: "La etiqueta de lo que es un futbolista no representa a la mayoría"

Bóveda: "La etiqueta de lo que es un futbolista no representa a la mayoría"

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Carlos Rosende
Eneko Bóveda posa para ElDesmarque en la Ciudad Deportiva (Foto: Iris Miquel).
Eneko Bóveda posa para ElDesmarque en la Ciudad Deportiva (Foto: Iris Miquel).

Cuando uno cruza un par de preguntas y respuestas con Eneko Bóveda (Bilbao, 1988) comprende a la perfección por qué el vestuario del Deportivo lo ha escogido como uno de los capitanes de la plantilla. El defensa vasco argumenta todas sus respuestas y reflexiona sobre el papel tanto del jugador como del aficionado en el fútbol-negocio actual.

¿Cómo afronta la segunda parte de la temporada? ¿Dispuesto a ponérselo difícil a Natxo González?

Siempre que las lesiones te respetan, estás medianamente contento. Vengo de una temporada pasada en la que sufrí un contratiempo importante. Estuve cinco meses de baja y tuve que trabajar mucho para recuperarme. Cuando suceden estas cosas, valoras lo que significa estar bien. Ahora, como bien dices, estoy metido en la pelea que todos tenemos por jugar más minutos, centrado en aumentar la competencia interna. Soy consciente de que participo menos que otros e intento, en la medida de lo posible, ir convenciendo al entrenador.

Hace hincapié en la lesión. ¿Qué recuerdo le quedó grabado de los momentos posteriores al percance en Girona? En el propio campo se percibió la gravedad del mismo. 

Cuando me lesioné supe que no era una lesión más, ese dolor no era normal. No podía ni apoyar, me caí redondo. Enseguida fui al vestuario y se barajaron dos posibilidades: o el tendón de Aquiles estaba roto o el gemelo estaba destrozado. Ahí rezas para que sea el gemelo. En ese caso habrían sido dos meses de recuperación y el tiempo de coger el ritmo de nuevo. Por desgracia no fue el gemelo, fue el tendón. Tenía la intuición de que era algo gordo y al final estaba desestructurado de arriba a abajo. Pero, fíjate, una de las mejores cosas que me han pasado desde que estoy en el Dépor fue coincidir con dos fisioterapeutas, Adán (Carbo) y Antón (Doval), que estuvieron mañana y tarde conmigo, solo conmigo. Es la mejor recuperación que he hecho. Fuimos a la playa de Riazor, a la playa de Bastiagueiro con Sergio Patiño, a la Torre de Hércules, a la piscina del INEF... Dedicación 100% para mí, y se lo voy a agradecer eternamente. Me costó empezar la temporada pero ahora puedo decir que estoy 100% recuperado.

Ahora que se encuentra en un buen tono físico para ayudar al equipo, echa a la vista atrás y comprueba que comenzó la temporada como central y la acabará, a todos los efectos, como lateral derecho. ¿Le sorprende?

Al final se hace una planificación del equipo en la cual es verdad que entro como central, pero el entrenador cree que a día de hoy encajo o le aporto más como lateral derecho. Yo lo que quiero es gustarle a él y peleo por gustarle a él. Lo que piense yo en este caso es secundario. Mi labor es dar lo que él quiere en la posición en la que él me vea más útil. A mí me han preguntado muchas veces dónde me veo mejor y siempre digo que no lo sé, porque no lo tengo nada claro. Si fuese entrenador, dependería de la manera de jugar de mi equipo y de lo que le pidiese a cada posición. Por encima de todo yo lo que quiero es agradar al míster. Si me ve más de lateral, yo quiero jugar ahí, porque es donde me siento más valorado. Eso es lo que me va hacer tener la continuidad que todos buscamos.

Un año después de aterrizar en A Coruña, ¿qué balance hace de estos 12 meses en el club? 

Para mí ha sido un aprendizaje muy importante el venir al Dépor como vine el año pasado. Me encontré una situación que no me esperaba, pero eso también forma parte del fútbol. En perspectiva, probablemente había tenido mucha suerte en los sitios en los que había estado, porque deportivamente todo había ido más o menos bien y los grupos eran fáciles y homogéneos. Llegué a un sitio en el que choqué contra una situación distinta, a todos los niveles, y además me incorporé a mitad de la temporada, con lo que eso significa. Sí tuve la suerte de que los entrenadores confiaran en mí, pero el escenario era difícil, y no solo para mí, para todos los que estábamos en ese vestuario. Por quedarme con algo bueno, ese aprendizaje va más allá del fútbol: es un aprendizaje vital.

Eneko Bóveda posa para ElDesmarque en la Ciudad Deportiva (Foto: Iris Miquel).
Eneko Bóveda posa para ElDesmarque en la Ciudad Deportiva (Foto: Iris Miquel).

Escuchándolo y leyendo sus entrevistas, usted se desmarca bastante del prototipo de futbolista que vive en una burbuja. 

Es que los futbolistas no dejamos de ser un grupo que refleja lo que es la sociedad actual. Tú coges a veinte personas de la calle, las metes en un saco y hay de todo: a unos les gusta el cine, otros salen por la noche, tres tienen novia y cuatro no... Nosotros también estamos ahí y formamos parte de eso. Existe una etiqueta de lo que es un futbolista, pero quizá eso se haya generado porque ese perfil es el que más vende o el que más se promociona en los medios de comunicación y el que más repercusión tiene en las redes sociales. Para mí no representa a la mayoría de los que nos dedicamos a esta profesión. También es verdad que pasa un poco en todos los trabajos: los profesores tienen una etiqueta, los bomberos pensamos que están todos como los del calendario... Cuando al final ganas un dinero muy por encima de la media y llevas un estilo de vida diferente al habitual, te alejas de la sociedad y de tu entorno de siempre. Sí puede ser que eso genere cierta falta de empatía por parte de los aficionados hacia los futbolistas. Si uno no se siente medianamente identificado con el jugador, no sé hasta qué punto le dan ganas de apoyarlo. A mí me apena que la imagen que más vende del futbolista sea la de una persona que vive totalmente alejada de la realidad, porque creo que no es así y no favorece a la química entre el jugador y el público, que es lo bonito. Eso dificulta esa comunión y el arraigo en la ciudad.

Ya que menciona a los aficionados, ¿cree que el fútbol de primerísimo nivel les ha dado la espalda? 

Te voy a hablar como aficionado al fútbol, ya no como futbolista. Tú te plantas un sábado por la tarde y, al margen de todos los deberes que tengas en casa con la familia, con la oferta que hay, uno no puede estar viendo al mismo tiempo al equipo de su pueblo, el Durango, que juega en Segunda B ahora, al Athletic y al Manchester City contra el Manchester United. Para lo bueno y para lo malo, hay tanta oferta que, siendo triste, porque lo es, también es normal que los campos tengan problemas para llenarse. Y ese solo es un aspecto de los muchos a tener en cuenta. Por un lado está el precio de las entradas, por otro lado están los horarios de los partidos y, por último, que con un 'clic' en el mando te ves cuatro y probablemente, en muchos casos, de más calidad futbolística.

Eneko Bóveda trabaja sobre el césped de Abegondo (Foto: Iris Miquel).
Eneko Bóveda trabaja sobre el césped de Abegondo (Foto: Iris Miquel).

Habiéndose criado en Lezama seguro que tiene una opinión formada sobre cómo debe funcionar la cantera de un equipo profesional.

Es un tema que allí mismo, en Bilbao, genera mucho debate. El aficionado del Athletic no valora lo bien que se hacen las cosas. Si conocieran más a fondo cómo funcionan las cosas fuera y vieran la realidad del fútbol en general, tendrían en mayor estima lo que llevan haciendo durante todos estos años. Mi experiencia en Lezama es el ejemplo de lo que a mí me gustaría que hiciese el club en el que yo pueda llegar a trabajar. Si me dieran un club para formar jugadores, el ejemplo que pondría es el de Lezama. No tengo ninguna duda. Allí tienes la sensación de que la oportunidad de llegar al primer equipo, a tu equipo, es real. A los futbolistas no hay que regalarles las oportunidades, pero los jugadores se hacen jugadores jugando. Alguien que piensas que no está preparado, lo ves jugar cinco partidos y sí lo está. El Athletic, por sus necesidades, sube a dos o tres chavales cada año, y de esos dos o tres, alguno da el paso. Eso hace que la ilusión de un jugador cadete por llegar a Primera sea más real y mayor. Esa ilusión es importante para hacerte seguir trabajando en el día a día. Tu objetivo no es ser profesional, es llegar al Athletic. Ese matiz es fundamental. Si vas quemando etapas y lo haces bien en el filial, te van a dar la oportunidad. Después es muy complicado tener una carrera larga porque el Athletic es un equipazo y muchos hemos salido rebotados, como es normal, pero la sensación de que si estás ahí y progresas, la puerta estará abierta... Eso es lo decisivo.

¿Qué recuerdos tiene de su etapa formativa?

Lo más bonito es todo el proceso. Recuerdo cuando jugaba a fútbol 7 con mis amigos, que ahora además lo siguen siendo, y nos enfrentábamos con ocho o nueve años a la escuela de al lado, a varios colegios... A mí me fichan en Lezama con once años para el equipo infantil y a los pocos meses estaba jugando el Torneo Internacional de Canal Plus contra el Ajax, el Inter de Milán, el Real Madrid... Yo decía: "Joder, ¿esto es en serio? Si estos son unos superdotados, qué hago yo aquí". Y juegas y piensas "hostia, pues estoy al nivel, eh". Ves que vas pasando etapas y estás ahí, hasta que un día llegas al primer equipo.

La última: ¿tiene la sensación de que el profesional puede perder la perspectiva y dejar de valorar lo que ha ido guardando en su propia mochila?

Yo pienso que las personas cuando llegamos a X queremos X + Y, pero a veces hay que echar la vista atrás y decir "me cago en diez, lo que he conseguido". La cantidad de jugadores buenos con los que yo he coincidido y no han ganado ni un solo euro con el fútbol. Probablemente no sea todavía el momento para detenerme en eso, pero cuando pasas por malos momentos hay que poner las cosas en su sitio y pensar que uno no está para hacer dramas.

Eneko Bóveda posa para ElDesmarque en la Ciudad Deportiva (Foto: Iris Miquel).
Eneko Bóveda posa para ElDesmarque en la Ciudad Deportiva (Foto: Iris Miquel).

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