El lado más humano de Anquela

En esto del fútbol cuando las cosas van mal siempre se mira con lupa al entrenador. El actual técnico del Deportivo, Juan Antonio Anquela, es ahora mismo el foco de muchas miradas pero, en ocasiones, lo que se transmite difiere de la realidad.

Después de tres derrotas consecutivas, cuando la afición deportivista se dispone a conocer las impresiones del jiennense en sala de prensa se encuentra con un hombre hablando en voz baja y con apariencia de despistado. Bien es cierto que su profesión no es la de cómico y no se le paga por hacer reír pero sí por conseguir resultados que despierten sonrisas en una afición cansada de llorar en los últimos años.

El deportivismo está acostumbrado a sufrir y desea ya huir de la tristeza. Y es que son muchos los que, observando la imagen de Anquela, le han puesto el mote de “triste” a un hombre, sin embargo, lleno de ilusión, entrega, compromiso y, sobre todo, con mucha pasión cuando se viste de corto y dirige a sus “chavales”.

El papel de padre de Anquela

Así es el Anquela que se puede ver en cada entrenamiento del Deportivo en Abegondo. El técnico blanquiazul grita, salta, se enfada cuando algo no sale bien y lo hace con cariño hacia unos jugadores a los que llama “hijos”. “Vamos Ager, hijo” animaba a Aketxe este miércoles en una jugada ofensiva durante el partidillo o “cuidadito con ese pase 'pa' dentro, hijo mío” corregía al defensa recién llegado del Atlético de Madrid, Javi Montero.

Anquela actúa como un padre para un grupo de futbolistas que todavía no han tenido tiempo de acoplarse y a los cuales, además de referencias puramente futbolísticas, también les imprime unión a través de palabras propias de un progenitor.

Con 61 años, el técnico del Dépor ha visto cómo ha cambiado el mundo del fútbol y la figura del entrenador. Él mismo ha reconocido que ha tenido que adaptarse a nuevas formas de gestionar, por ejemplo, los fichajes, pero lo que no ha modificado es su cercanía, su autenticidad a la hora de dirigir a un grupo tan diverso en el que todos quieren ser titulares.

Una titularidad que este miércoles reclamaba en sala de prensa el venezolano Christian Santos al que Anquela tampoco deja de animar durante los entrenamientos con frases como “Vamos Chris”. Lo motivaba también con el adjetivo de “enorme” después de varias intervenciones positivas del '9' blanquiazul en Abegondo.

Cuando finaliza la jornada de preparación, los jugadores se van retirando a vestuarios y el auténtico Juan Antonio Anquela se apoya de espaldas sobre la red que separa el campo de entrenamiento de la carretera y suspira profundamente mirando al cielo. ¿En qué estaría pensando el verdadero Anquela? Quizás por su mente continuase vagando el término más repetido durante la sesión del miércoles: “Tranquilidad”.