Emoción a raudales: las bellas palabras de Arsenio Iglesias al deportivismo
Arsenio Iglesias, todo un ídolo del deportivismo, quiso agradecer todo el cariño que se le profesa desde el Deportivo con una emotiva carta en la que destacó el sentir de la afición y agradeció que tanto una calle como la ciudad deportiva del club lleven su nombre, todo un honor para él.
Esta fue la carta que redactó una de las leyendas del Dépor:
Abrazado por la emoción, recibo el triple reconocimiento del Pleno Municipal de A Coruña. Hijo adoptivo, una calle de la ciudad que me ha dado todo y que he vivido durante 53 años y, como guinda, dar nombre a un lugar deportivo donde trabajé para el Depor y el Ayuntamiento. Es un hat trick como los que hizo Baby, ¿recuerdas? En serio, es una gran exageración. Todavía me despierto muchas mañanas y me pregunto por qué merezco un afecto tan inmenso. Con ese cariño ya me pagarían más que suficiente.
Creo que esta es una decisión tremendamente generosa para mí y un gran reconocimiento que otros jugadores y entrenadores del club de mi vida, el Real Sports Club, merecerían, y seguramente antes que yo.
Sabes, siempre me gustó jugar el juego. Por lo tanto, quiero enfatizar que esta ciudad deportiva y esa futura calle no será la ciudad deportiva Arsenio Iglesias o la calle Arsenio Iglesias, sino la ciudad deportiva y la calle del deporte, un sentimiento que nació hace 113 años en esta ciudad y que nunca morirá. En este sentido, deseo desear todos los éxitos en esta nueva etapa a mi amigo Fernando Vázquez, con quien tuve el privilegio de codirigir la selección de Galicia, y al presidente Fernando Vidal.
Agradezco a los cinco grupos políticos representados en la Sesión plenaria municipal, que adoptaron por unanimidad esta decisión, lo que me conmueve. También agradezco a los periodistas Moncho Viña (Monchiño, sin necesidad), Alfonso Hermida y Adrián Viña, por emprender una campaña de firma que condujo a esta decisión.
Por supuesto, puedo recordar a todos mis compañeros de equipo y entrenadores cuando era jugador de fútbol, y todos los jugadores que tenía que entrenar, y los asistentes que me ayudaron en esa tarea.
Mi agradecimiento también a mi familia.
Y, por supuesto, gracias eternas a todos los deportistas de A Coruña por su generosidad generosa con el niño de Arteixo que, en un buen día en 1951, emigró a A Coruña con el sueño de hacer felices a los fanáticos de Riazor. Este reconocimiento que recibo hoy me hace pensar que en algún momento lo logré.
Siempre Depor.
