El pasado lunes, la madre de Luis Rubiales, Ángeles Béjar, se encerró en la iglesia Divina Pastora de Motril e inició una huelga de hambre. Sin embargo, ayer por la tarde, su estado de salud empeoró y fue trasladada al hospital Santa Ana de ese mismo municipio. Aunque a la noche fue dada de alta, ya no ha vuelto al templo.
Como es bien sabido, el móvil de dicha protesta era, según aclaró el lunes la prima de Rubiales ante los medios, que Jennifer Hermoso dijera la verdad sobre lo sucedido para así evitar que Rubiales pierda el puesto como presidente de la Real Federación Española de Fútbol.
En una huelga de hambre, a medida que pasan los días, el cuerpo se va debilitando cada vez más debido a la falta de alimentos. Esto significa que el metabolismo -conjunto de procesos físicos y químicos que ejecuta el cuerpo para convertir los alimentos en energía, imprescindible para la respiración, la circulación de la sangre…- se dificulta e incluso disminuye.
Se sabe que durante estos dos días y medio que ha estado la madre de Luis Rubiales sin comer, ha ingerido agua y bebida isotónica. Principalmente ambas sustancias sirven para evitar la deshidratación.
La Sociedad Española de Nutrición ha explicado a El Desmarque que el cuerpo no aguanta más de dos o tres sin hidratarse, y además, las altas temperaturas reducen este número.
Aunque se podría pensar que con beber entre dos y tres litros de agua diarios se tiene una plena hidratación, no es así. Esta cantidad es la que se recomienda beber cuando se lleva una alimentación adecuada, teniendo en cuenta que los alimentos también contienen una gran cantidad de agua; por ejemplo, el 90% de la leche es agua.
Esto significa que, si se deja de comer, se tiene que aumentar el número de litros diarios para suplir la falta de agua de los alimentos. Aunque tomar más agua de lo debido también puede provocar efectos negativos.
En cuanto a las bebidas isotónicas, además de hidratar, aportan minerales al cuerpo. Estas sustancias, al igual que las vitaminas, no aportan energía al organismo, sino que tienen otras funciones.
Esto quiere decir que, aunque la madre de Luis Rubiales estuviera tomando bebidas isotónicas, el suministro de energía era nulo. Además, la hidratación podría no ser la correcta.
Tal y como dijo la prima de Rubiales ante los medios, Ángeles Béjar tiene problemas de riñón por lo que toma una medicación diaria. Todo parece indicar que dichos problemas son crónicos ya que no ha dejado de tomarla en ningún momento.
Aunque, además del tratamiento, cuando una persona tiene una enfermedad crónica, la alimentación es fundamental, según ha apuntado, Juan Carlos, director general de la Federación Nacional de Asociaciones para la lucha contra las enfermedades del riñón, por lo que la falta de alimento puede agravar dicha cronicidad.
También ha añadido que en caso de que la madre de Luis Rubiales padezca una enfermedad crónica de riñón no debería haber abusado de las bebidas isotónicas ya que sus riñones no tienen la capacidad de eliminar tan bien dicho contenido.
Cuando el organismo deja de recibir alimento, y por ende energía, este pasa por diferentes fases, a medida que van pasando los días.
En primer lugar, durante las seis horas siguientes a la ingesta de alimentos, el organismo descompone el glucógeno – moléculas que almacenan energía- para producir glucosa -carbohidrato que alimenta las células- que es la principal fuente de energía del cuerpo humano.
Toda esta glucosa se almacena en el hígado y en los músculos. Con toda la glucosa, tanto la almacenada como la que circula por el cuerpo, se puede pasar entre 24 y 48 horas sin comer, un poco menos de lo que estuvo la madre de Luis Rubiales hasta que fue hospitalizada.
Cuando el cuerpo no puede generar energía a través de la glucosa, por una carencia de esta, el organismo entra en hipoglucemia. Esta situación marca la segunda fase. A partir de este momento, se tirará de los lípidos para obtener energía.
Mareos, sudoración fría y cansancio, entre otros, son los síntomas más comunes de la hipoglucemia. Estos son algunos de los efectos que tenía la madre de Luis Rubiales cuando fue traslada al hospital, por lo que todo parece indicar que estaba entrando en esta segunda fase.
Tras consumir prácticamente todas las reservas del cuerpo, el organismo pasa a una última fase, cercana a la muerta, en la que empieza a consumir la masa muscular y las proteínas esenciales para la vida.
Hay que añadir que la madre de Rubiales tiene 70 años. Una huelga de hambre en una mujer de edad avanzada es más peligrosa.
El envejecimiento por sí solo, con o sin enfermedad crónica, lleva consigo la pérdida progresiva de masa muscular corporal. Esta pérdida comienza después de los 40 años y finaliza con una pérdida total de músculo de aproximadamente 10 kg en los hombres y 5 kg en las mujeres, según el Manual MSD.
Si además del envejecimiento, se añade la desnutrición -uno de sus efectos también es la pérdida de masa muscular-, la pérdida, y por consiguiente sus efectos, serán mayores.
La madre de Rubiales tiene 72 años... es increible que su hijo haya permitido que pase hambre y haya puesto en riesgo su salud, por algo suyo. Además siendo culpable.