El simple hecho de escuchar o leer 'trasplante de heces' puede causar cierto asombro e incluso un sentimiento de desagrado o rechazo. Esto se debe principalmente al poco conocimiento que se tiene sobre esta práctica en la sociedad. Sin embargo, en el ámbito científico y médico están investigando su uso en profundidad como tratamiento de diversas patologías.
Técnicamente dicho procedimiento se conoce como Trasplante de Microbiota Fecal (TMF) y "consiste en obtener la microbiota intestinal -coloquialmente conocida como flora intestinal- de un donante sano a partir de sus heces y transferirla al colon de un paciente para restaurarla", según explica el Hospital Clínic de Barcelona.
Puede parecer una práctica terapéutica muy novedosa, pero realmente "ya se utilizaba en el Siglo IV en China como tratamiento en casos graves de intoxicación alimentaria y diarreas y se conocía como 'Sopa amarilla' ", apunta el Clínic.
De momento, el trasplante de heces solamente se realiza para tratar la infección por Clostridioides difficile, el principal causante de diarrea infecciosa en pacientes hospitalizados, y tiene una eficacia superior al 90%.
"En esa circunstancia específica puede incluso salvar la vida de un paciente", destaca la Asociación de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa.
El hospital también señala que se está investigando su empleo para otras patologías tales como: enfermedades inflamatorias intestinales, infección urinaria, descolonización de bacterias multirresistentes, enfermedades metabólicas como la diabetes y la obesidad, enfermedades neurológicas y trastornos de conducta…
Aunque hasta la fecha, según señala el Instituto de Salud Global (ISGlobal), el Trasplante de Microbiota Fecal se realiza mediante colonoscopia o sonda nasogástrica, los científicos están centrando todos sus esfuerzos para que este reemplazo se produzca a través de la administración oral por cápsulas.
Normalmente se utilizan las heces de algún familiar o allegado del paciente que esté sano, pero el objetivo es que en un futuro puedan utilizarse heces de donantes universales.
Aunque todo parece indicar que esta estrategia terapéutica tiene un futuro prometedor, según apunta el microbiólogo Raúl Rivas González en este artículo, tiene una serie de limitaciones.
En primer lugar, ISGlobal apunta que para que las heces de un donante sean compatibles con un paciente tienen que pasar protocolos exhaustivos de cribado para garantizar la seguridad de este.
Debido a la dificultad de encontrar el donante compatible, "han surgido los bancos de heces, instituciones que se encargan de seleccionar donantes sanos y almacenar muestras que ponen a disposición de hospitales y centros de salud", añade.
A diferencia de los bancos de sangre, los bancos de heces tienen dos problemas: por el momento existen muy pocos en todo el mundo -en España hay sólo dos, el Hospital Universitario de Bellvitge y el Hospital Universitario Gregorio Marañón- y la población general desconoce este tipo de donaciones.
Y, ¿por qué se desconoce? Porque no se ha hecho la suficiente difusión y "existe un tabú en nuestra sociedad alrededor de este tema", puntualiza Clínic.
La microbiata intestinal, término cada vez más conocido entre la población general, es un conjunto de microorganismos en continuo cambio desde que se nace. Este va cambiando dependiendo del estilo de vida de la persona, el entorno, la alimentación...
Degradación y obtención de nutrientes, producción de vitaminas, regulación del sistema inmune...son algunas de las funciones indispensables de la microbiata intestinal.
Cuando el organismo se somete a tratamientos como la quimioterapia o la toma de antibióticos, la flora se desequilibra, pero suele ser capaz de retomar su estado normal por sí sola o con ayuda de probióticos.
El problema surge cuando este equilibro no vuelve a la normalidad y algunos microorganismos 'malos' se instalan en el intestino causando una infección. En ese momento es cuando el trasplante de heces se convierte en una buena opción, aunque como ya se ha reiterado en el artículo, aún queda mucho por investigar.