Hace una semana, horas después de que Neymar da Silva abandonara el partido contra Uruguay llorando y en camilla, el brasileño compartía en sus redes sociales el peor de sus presagios: rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco de su pierna izquierda.
¿Y ahora qué? Todo parece indicar que el futbolista tiene la peor lesión de su trayectoria deportiva. Tal y como ya explicó Fernando Ramos, presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF) para ElDesmarque sólo el 35% de los deportistas operados de ligamento cruzado anterior siguen manteniendo el mismo nivel competitivo previo a la lesión en un seguimiento a dos años.
A dicha lesión hay que sumarle también la rotura de menisco. Ante tal escenario, el fisioterapeuta no da un mensaje muy esperanzador. "Aunque el 80% de los jugadores de élite en nueve meses están de vuelta al campo, sabemos que los que siguen a los dos o tres años jugando al mismo nivel competitivo son pocos".
La rotura de menisco es una lesión que estamos hartos de oír, tanto a nivel competitivo como en nuestro día a día, pero ¿en qué consiste exactamente esta patología? Antes de profundizar en esta cuestión, es importante destacar que el menisco es una estructura que se interpone en la rodilla entre el fémur y la tibia cuyo papel fundamental es actuar como amortiguador.
Dolor, inflamación, chasquidos en la rodilla, sensación de que se va la rodilla o de que se bloquea son los síntomas principales tras una rotura de menisco, según señala Fernando Ramos.
Aunque siempre es importante tener un diagnóstico cuanto antes, en el caso de la rotura de menisco es crucial ya que "además de actuar como amortiguador, tiene una serie de fibras que informan sobre la posición de la rodilla en el espacio, la lubrican, reducen la fricción entre las superficies articulares y nutren el cartílago articular".
Este añade que desde el punto de vista del diagnóstico, aunque es importante hacer una resonancia para comprobar si hay o no lesiones complementarias a esta, no tiene una precisión del 100% sino que ronda el 70-80%.
"La exploración que hacen los médicos y fisioterapeutas es esencial", teniendo en cuenta que "la precisión diagnóstica es de hasta el 90%, incluso a veces más que el de la resonancia".
El menisco no se puede reparar por sí solo, debido a que tiene muy poca sangre, por lo que dependiendo del tipo de rotura el médico valorará qué procedimiento seguir. El especialista detalla tres tipos:
Antes, la intervención más habitual era la menisectomía, es decir, quitaban el menisco directamente. Sin embargo, los estudios han evidenciado, según señala el presidente de AEF, que la presión pico que recibe la rodilla en una determinada zona se incrementa, al igual que aumenta en un 14% el riesgo de sufrir una artrosis en los años siguientes.
De hecho, este también destaca que la prevalencia de una artrosis de rodilla aumenta a 1400% 21 años después haber sido intervenido por una menisectomía.
Por este motivo, "ahora el objetivo es reparar o suturar la parte del menisco, sobre todo en población joven y si es el menisco lateral, pero no siempre es posible".
Lo primero que muchos se preguntan cuando le diagnostican una rotura de menisco es si podrán volver a hacer deporte y cuánto tiempo les llevará la recuperación, sobre todo los más jóvenes.
"Sí, lo que nos dicen los resultados es que tenemos una tasa del 90% de éxito a dos años de seguimiento", asegura Fernando Ramos.
Aunque el tiempo de recuperación varía mucho entre las diferentes intervenciones. Cuando se realiza la menisectomía, al no haber nada que cuidar, ya que quitan el trozo de menisco que estaba mal, el periodo de recuperación oscila entre las 6 y 12 semanas. Los días siguientes a la cirugía ya se comienza con la rehabilitación, trabajando concretamente la fuerza, aunque evitando los ejercicios cargas pesadas, pero sí los de recorrido articular.
Sin embargo, cuando se hace una reparación meniscal, el tiempo de recuperación se incrementa a los 3 o 4 meses. Este periodo es más largo porque al salir de la operación se está prácticamente sin apoyo por lo que durante seis semanas se anda con muletas. Además, "en muchos casos se lleva una ortesis -una especie de prótesis externa- que limita la flexión de la rodilla a 90 grados", apunta el fisioterapeuta.
A partir de las 6 o 12 semanas es cuando se empieza a ejercitar de nuevo el movimiento articular y de fuerza, siempre que no se realicen ejercicios con cargas pesadas o que requieran una rotación de rodilla máxima como las sentadillas profundas.
La carrera, el incremento gradual de los ejercicios que trabajan la fuerza así como las actividades de más impacto pueden empezar a ejecutarse a partir de los tres meses. "Necesitaríamos tres o cuatro meses para estar volviendo a tener el control neuromuscular, la fuerza y la movilidad necesaria para volver al deporte", apunta el fisioterapeuta.
Aunque no hay una evidencia tan clara como con el ligamento cruzado anterior, el riesgo de volver a lesionarte del menisco siempre está ahí cuando se tiene una lesión previa.
Tras una rotura de menisco, el profesional recomienda tener especial cuidado con las actividades de alto impacto y con las que impliquen la flexión máxima como por ejemplo la sentadilla profunda con peso.
El presidente de AEF señala que al año se producen 360 roturas de menisco por cada 100 mil habitantes y diferencia dos perfiles claros: