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Así afecta en la salud el cambio de hora de otoño: el 'menos malo', según los estudios

El cambio de hora afecta a nuestro humor, atención y concentración.
Escribo sobre salud entre médicos y deportistas

El cambio de hora siempre genera situaciones de conflicto y malestar entre la población, sobre todo el de otoño, es decir, el de este fin de semana, ya que aunque se gana una hora de luz solar por las mañanas, son muchos los que prefieren el horario de primavera.

Independientemente del cambio de hora, ya sea el de primavera como el de otoño, este proceso siempre supone un trastorno en el organismo. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que el cambio de hora de otoño provoca menos efectos adversos para la salud que el de primavera.

Dormir una hora más provoca menos ataques cardíacos

Un estudio de la American Heart Association analizó el número hospitalizaciones por fibrilación auricular -latido cardiaco irregular- que se registraron los días posteriores al cambio de hora, tanto de primavera como de otoño.

El lunes siguiente al cambio de hora de primavera, en el que se pierde una hora de sueño, aumentaron un 24% los recuentos de ataques cardíacos diarios, mientras que el martes siguiente al cambio de hora de otoño, en el que se gana una hora de sueño, se redujeron un 21%.

Una hora que tarda varios días en reajustarse

Aunque a priori se puede pensar que adelantar o retrasar una hora el reloj no puede suponer graves consecuencias en la salud, no es así, de hecho el organismo tarda varios días en reajustarse, teniendo en cuenta que altera el tiempo de exposición al sol durante el día y desequilibra al reloj interno.

A pesar de que todos los cambios de hora se hacen en la madrugada del sábado al domingo, para ocasionar los mínimos trastornos posibles a la población, el periodo de adaptación dura varios días más por lo que no es nada raro que muchas personas estén más irritadas, desconcentradas, con peor humor y que laboralmente rindan menos a raíz del insomnio.

Sobre todo, las personas que más sufren estas consecuencias son "los grupos más sensibles a los cambios de horario y a padecer trastornos del sueño y de la salud como son los niños y las personas de edad avanzada", señala la Sociedad Española del Sueño (SES).

Además de esto, el cambio de hora supone también una modificación de las rutinas, sobre todo porque modifica el horario de las comidas y el de acostarse, indican desde la Universidad de Desarrollo en Chile. Esto genera un trastorno en aquellas personas con insomnio o problemas alimenticios.

Recomendaciones para adaptarse mejor al cambio de hora

Teniendo en cuenta que no se puede huir del cambio de hora, porque es una cuestión que nos afecta a todos, la Asociación para el Autocuidado de la Salud da una serie de recomendaciones para que los pequeños desajustes que se producen en el organismo afecten los menos posible:

  • Mantén unos horarios de sueño regulares.
  • Evita las siestas hasta que tu organismo se adapte al nuevo horario.
  • Procura no practicar ejercicio intenso antes de acostarte.
  • Evita las cenas pesadas.
  • Disminuye el consumo de cafeína y otras sustancias excitantes.
  • Evita las luces excesivamente brillantes antes de acostarte.

El horario de invierno facilita tener más horas de sueño

Otro tema muy recurrente del que se habla cuando se acerca el cambio de hora es el de dejar un mismo horario para todo el año y la mayoría prefiere el de primavera.

Sin embargo, la SES señala que el mejor horario es el de invierno, es decir, el que va a comenzar a partir de la madrugada del sábado al domingo ya que "facilita tener más horas de sueño y un despertar más natural que coincide con el amanecer".

La Universidad de Murcia ha analizado los pros y los contras de las cuatro posibilidades horarias. Y al igual que la SES, también considera que el horario de invierno es el que más ventajas y menos desventajas tiene.

Entre las ventajas destaca la siguientes:

  • El sol sale una hora antes desde finales de marzo hasta finales de octubre facilitando un despertar más natural -teniendo en cuenta que nos despertaríamos de día-.
  • Nos acercaríamos a nuestra hora solar natural.
  • Adelantaríamos los horarios de alimentación y sueño.
  • Podríamos dormir más tiempo.
  • Nos ahorraríamos adaptarnos a los dos cambios horarios que hacemos al año.

Aunque entre las desventajas señala:

  • Desde finales marzo hasta finales de octubre perderíamos una hora de sol por la tarde.
  • Supone un cambio no solo de hora sino también de hábitos de vida.

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