La diástasis abdominal es una alteración de la pared abdominal. También se conoce como diástasis de rectos porque son los músculos rectos del abdomen los que se separan a nivel de la línea alba. Dicha separación provoca que la zona central de la pared abdominal quede más debilitada.
Aunque es difícil saber la incidencia real que tiene dicha patología, "se estima que hasta dos tercios de las mujeres la presentan en el posparto y un tercio de pacientes con sobrepeso u obesidad, también", según el Hospital Clínic de Barcelona.
Otro de los grupos de riesgo son los recién nacidos, sobre todo se observa con frecuencia en bebés prematuros, añaden desde la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
La patología se hace evidente a nivel clínico cuando la separación es superior a 3 centímetros, ya que en ningún momento genera dolor.
En ocasiones se hace visible porque aparece un bulto en el medio del abdomen, normalmente por encima del ombligo cuando se está de pie o se flexiona el abdomen. Sin embargo, dicho bulto desparece al tumbarse.
Aunque a diferencia de la hernia, la membrana que recubre los músculos se mantiene íntegra, "en muchas ocasiones puede aparecer un orificio herniario umbilical o epigástrico por la debilidad de la zona", apunta el hospital catalán.
La diástasis abdominal puede aparecer si se padecen enfermedades del tejido conectivo previas o ante situaciones que provocan el aumento de la presión intraabdominal -embarazos, obesidad, acumulación de líquido en la parte abdominal o actividad física intensa-.
Las personas con tos crónica y las que toman habitualmente corticoides también son más propensas a tener dicha patología.
Entre las mujeres embarazadas, las que han tenido varios son las que más desarrollan diástasis abdominal, teniendo en cuenta que sus rectos se han estirado muchas veces.
A través de la exploración física se puede identificar de forma fácil una diástasis abdominal, señala el Hospital Clínic. No obstante, para comprobar la existencia de una hernia y para medir la separación concreta de los músculos rectos del abdomen, se suele realizar una ecografía. "En muy pocos casos se precisa la realización de una TAC previa a la cirugía".
Aunque a priori, como no genera dolor, puede parecer tan sólo un problema estético al verse un vientre flácido y descolgado, la realidad es que pueden aparecer bultos, al no ser capaz la pared abdominal de contener las vísceras, o suponer un problema funcional al estar relacionado con las disfunciones del suelo pélvico como las incontinencias urinarias, los desplazamientos de órganos o el dolor pélvico.
La diástasis abdominal puede tratarse de dos formas:
"Los ejercicios de contracción abdominal isométrica son los más adecuados para prevenir y reducir la diástasis abdominal" en mujeres embarazadas, concluye una investigación realizada por la Facultad de Fisioterapia de Soria.
Ante tal hallazgo, aconsejan a las mujeres incluir programas de entrenamiento fisioterapéutico durante el embarazo y el posparto.
No obstante, aún queda mucho por profundizar a nivel científico para que se refuerce "la argumentación a favor de estas técnicas fisioterápicas, y, sobre todo, la inclusión de las mismas de manera rutinaria en los planes sanitarios de actuación durante el proceso del embarazo y en la recuperación tras el parto".