Nacho Vidal ha confesado frente a la pantalla, durante una entrevista en el programa 'Col·lapse' presentado por Ricard Ustrell en TV3, que padece el síndrome de Reiter.
El actor de cine para adultos ha admitido que aunque ha contraído todas las ETS, menos el VIH, esta es la que se le ha quedado crónica de por vida y le genera verdaderos problemas.
El síndrome de Reiter, técnicamente denominado artritis reactiva, es una reacción inflamatoria, principalmente en articulaciones, ojos y tracto urinario o genital, que suele aparecer tras una infección de las vías urinarias, del tracto genital o del sistema digestivo, explica la Asociación de Urología de Nueva York.
Cuando dicha infección se da en el tracto genital o en las vías urinarias suele ser causada por una bacteria denominada Chlamydia trachomatis, que se transmite entre las personas a través de la actividad sexual.
Los síntomas suelen aparecer sobre todo en tres partes concretas: articulaciones, ojos y tracto genital y urinario. Estos síntomas pueden aparecer y desaparecer, así como pueden ser diferentes entre hombres y mujeres -en ellas suele ser más leve-.
En las articulaciones es habitual padecer inflamación, dolor y enrojecimiento, sobre todo en rodillas, tobillos y pies, dolor en el talón y dolor y rigidez en la espalda.
Enrojecimiento, ardor, irritación, visión borrosa, lagrimeo y secreción son los síntomas más comunes en los ojos.
En cuanto a la forma en la que el síndrome de Reiter se manifiesta en el tracto urinario y el sistema reproductor, ambos sexos comparten la sensación de ardor cuando pasa la orina. Sin embargo, en hombres también es común la micción frecuente, la secreción peneana y las llagas en el pene, mientras que en las mujeres es frecuente la inflamación en la vagina y en el cuello del útero.
Sarpullidos en las palmas de las manos o en las plantas de los pies, úlceras en la boca o en la lengua, pérdida de peso, falta de apetito, fatiga y fiebre son otros de los síntomas que incluye esta enfermedad.
La combinación de dichos síntomas junto con una infección previa suele llevar al médico a pensar que se trata del síndrome de Reiter. Sin embargo, el diagnóstico puede tardar meses ya que esta combinación no suele darse siempre, además de que no hay pruebas de laboratorio que confirmen el diagnóstico.
Tal y como apunta el Manual MSD, en la mayoría de las personas, los síntomas iniciales desaparecen en 3 o 4 meses.
Sin embargo, hasta la mitad de las personas tienen, durante varios años, inflamación articular recurrente u otros síntomas, sobre todo en aquellas con infección por clamidias o con el gen HLA-B27.
Fármacos antiinflamatorios no esteroideos, antibióticos, sulfasalazina o metotrexato, inyecciones de corticoesteroides y fisioterapia son los tipos de tratamiento que suelen utilizarse dependiendo del origen de la enfermedad.