No es la primera vez que Yolanda Díaz hace referencia a los efectos nocivos que presenta el trabajo nocturno. Así lo ha reiterado nuevamente, matizando que dichos turnos comienzan a las diez de la noche y acaban a las seis de la mañana.
Ante estas declaraciones, en ElDesmarque hemos querido comprobar qué dice la ciencia al respecto. Además de la hostelería, profesión a la que hace referencia la ministra de Trabajo, el ámbito sanitario, la seguridad o la paquetería son otros de los puestos que presentan nocturnidad.
Tal y como ya explicamos, la hora perfecta para irse a dormir es entre las 10:00 p.m. y las 10:59 p.m.. Esto significa que todas aquellas personas que no se acuestan en dicha franja, como por ejemplo al trabajar de noche, asumen unos riesgos cardiovasculares, pero, ¿qué otras efectos existen?
El trabajo de turno de noche altera el "reloj" interno del organismo aumentando el riesgo de desarrollar diabetes, enfermedades cardiacas y obesidad, según el Instituto Estadounidense de la Salud.
Además, un estudio comprobó que las comidas nocturnas aumentaban los niveles de azúcar en la sangre.
Según el Instituto de Seguridad y Salud Laboral de la Región de Murcia, los efectos más comunes entre los trabajadores de noche son:
Junto a la diabetes y la obesidad, otras de las enfermedades frecuentes de los trabajadores nocturnos son la gastritis y la hipertensión arterial, según un artículo publicado en Medicina Legal de Costa Rica.
Aumento del número de errores, reducción del rendimiento, disminución de la capacidad del control, absentismo y aumenta del número de accidentes de trabajo son algunos de los efectos que puede provocar el turno de noche en el ámbito laboral.
Mientras que el ámbito social puede verse afectado por el empobrecimiento de las relaciones sociales y familiares, la pérdida de amistades o la dificultad para disfrutar del ocio.
Las personas menores de 25 años y mayores de 50, aquellas con antecedentes de desórdenes gastrointestinales, diabéticas, epilépticas o con trastornos del sueño están más expuesto, y por ende tienen más probabilidad, de sufrir los efectos antes referidos.