Carlos Alcaraz vivió un momento tenso durante el partido contra Zverev en Indian Wells, y no fue porque el resultado fuera ajustado, sino porque un enjambre de abejas invadió la pista del Masters 1000 cuando el español se disponía a sacar durante el tercer juego del partido.
Por suerte, y a pesar de la gran cantidad de abejas que rodearon al murciano, sólo le picó una al lado de la frente. Además, el mánager de este aseguro que se encontraba bien porque "no tiene ningún tipo de alergia".
Aunque esta situación no suele ser habitual, en ElDesmarque hemos querido saber cómo diferenciar si se tiene alergia o no a una picadura de abeja, cuáles son sus síntomas y qué hacer.
Para ello, hemos contactado con el alergólogo David González de Olano, presidente del Comité de Himenópteros de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
Toda picadura, independientemente del insecto o del arácnido, ocasiona una reacción local inevitable ya que inocula toxinas en el organismo. Sin embargo, dependiendo de la susceptibilidad de cada persona, esta reacción puede variar.
Puede verse afectada tan sólo la zona local donde se ha clavado el aguijón o el mordisco, pero también presentar una inflamación de 1, 3 o hasta 10 centímetros.
Para evitar, en la medida de lo posible, que nos piquen, el profesional recomienda ir con ropa larga, es decir, que cubra piernas y brazos, y de colores neutros, ya que "los llamativos hacen creer a los insectos que somos flores".
Una vez que pican, los pasos a seguir son los siguientes:
Si una única picadura de una abeja o de una avispa provoca una reacción local de aproximadamente más de 10 centímetros, es decir "si nos pica en el codo, pero se nos inflama el brazo entero", el alergólogo recomienda acudir a un centro sanitario cercano para que lo valoren.
Si en lugar de una reacción local, se produce una reacción generalizada con mareos, dificultad para respirar, fatiga... la atención médica inmediata es imprescindible ya que se está produciendo una reacción alérgica a dicha picadura.
Por último, David González diferencia y matiza que las reacciones tóxicas también son peligrosas, pero son aquellas que se producen cuando nos pican una gran cantidad de abejas o avispas a la vez. Pueden presentar síntomas similares a las reacciones alérgicas junto con otros más.
David González llama a la calma porque "nadie nace alérgico a nada, sino que es una reacción que crea mi cuerpo". Esto significa que si no te ha picado una abeja o una avispa nunca, este asegura casi al 100% que no puedes ser alérgico.
Esta patología se puede desarrollar cuando te pican más de una vez, pero no hay un número exacto de picaduras para desarrollarla. "Eso sí, una vez se tiene la alergia es para siempre", añade.
Otro punto que explica es que, aunque es cierto que si eres alérgico a la picadura de una abeja o de una avispa, y te pica, puedes poner en riesgo tu vida, existen medicamentos para frenar de inmediato la reacción.
Además, cuando se sabe a ciencia cierta, a través de un estudio alergológico, que se es alérgico concretamente a las picaduras de avispas y abejas existe una vacuna.
La principal diferencia entre la picadura de una avispa y la de una abeja reside en el aguijón. La primera cuando pica solamente lo entra y lo saca, pero la segunda lo deja clavado en la piel, se va volando y muere.
La abeja deja el arpón clavado en la piel con todo el veneno que tiene, mientras que la cantidad de veneno que tiene la avispa depende de si ha picado recientemente a otra persona o no.
El alergólogo recomienda que "cuando nos pica una abeja hay que quitar el aguijón cuanto antes".