Se estima que en España viven unas 35.000 personas con síndrome de Down. Todos ellos, por normal general, cuando nacen acuden a un programa de atención temprana durante los primeros seis años de vida.
La finalidad de este programa es estimular el desarrollo psicomotor, cognitivo, lingüístico y psicoafectivo, así como disminuir el retraso madurativo asociado a este síndrome. También es cierto que los programas de atención temprana no lo son todo, sino que el papel de las familias es una cuestión fundamental.
Aunque puede parecer algo muy concreto, cada niño que nace con síndrome de Down es un mundo, ya que aunque comparten ciertas características y rasgos, no todos desarrollan las mismas patologías, ni tienen los mismos problemas de movilidad ni evolucionan de igual forma.
De hecho, a veces el progreso y el aprendizaje de una misma persona puede frenarse en seco. "En ocasiones vemos que hasta el año o el año y medio van bien, pero luego hay un estancamiento y se detienen por diferentes razones, tales como neurológicas, enfermedades respiratorias o cardiopatías, y tenemos altibajos", explica César Fernández, exfisioterapeuta en atención temprana.
La hipotonía o el bajo tono muscular es uno de los principales problemas que tienen los niños con síndrome de Down, siendo una de las primeras cuestiones que se trabaja en atención temprana.
Con actividades y ejercicios esto va mejorando bastante, de hecho, lo principal es encontrar una actividad que les motive. Para ello, el fisioterapeuta siempre recomienda a sus familias que le dejen en el suelo, siendo este el mejor estímulo.
"Le das la vuelta, y boca abajo el niño siempre va a buscar a la persona que esté interactuando. Esto le motiva a activar su musculatura", explica.
Aunque la forma de tratar a los más pequeños con síndrome de Down apenas ha cambiado con los años, la cantidad de estímulos que reciben sí que lo ha hecho, especialmente con el surgimiento de las pantallas.
"A día de hoy, todo bebé con un año y medio ya ha estado alguna vez con un móvil. Esto hace que reciban mayor cantidad de estímulos incrementando las actividades cerebrales en cuanto a la percepción con el medio", destaca.
A lo que añade que ser el último de los hermanos, es decir, el más pequeño, también les motiva y les enriquece en gran medida.