"La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por el bacilo tuberculoso, una bacteria que suele afectar a los pulmones", según la Organización Mundial de la Salud. A pesar de que es muy contagiosa, se puede prevenir y curar, aunque sí es cierto que si no se trata puede ser mortal.
En 2023, los datos provisionales reflejan una subida de casos, de entre el 2% y el 3% respecto a 2022. No obstante, y a pesar de este ligero repunte, España sigue estando entre los países de baja incidencia por sexto año consecutivo.
La tendencia decreciente que llevábamos se rompió en 2022, pero ya había mostrado cierta ralentización en los últimos años ya que en 2021 bajó un 2,2%, mientras que en 2020 la caída fue del 19% respecto a 2019, según el último informe de "Vigilancia de la tuberculosis. Año 2022" de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Renave) del Centro Nacional de Epidemiología (CNE).
Sin embargo, según el CNE, esta gran caída de casos en 2020 pudo producirse por los efectos de la pandemia, es decir, por los cambios que se produjeron en la calidad de la información y en el reporte de los casos y por las medidas anticovid impuestas en esos momentos.
Con motivo del Día Mundial de la Tuberculosis, que se celebra el 24 de marzo, en ElDesmarque hemos querido explicar en qué consiste dicha enfermedad y cuáles son los síntomas habituales.
Antes de enumerar los síntomas más frecuentes, es importante diferenciar la infección tuberculosa latente de la enfermedad activa, tal y como lo hace el Manual MSD. La primera no presenta síntomas ni es contagiosa, y puede ser, como ocurre en la mayoría de los casos, que dichas bacterias se mantengan latentes sin causar mayores problemas.
Sin embargo, cuando estas bacterias se multiplican sí que causan la tuberculosis activa. Este proceso se denomina reactivación y es cuando las personas infectadas contraen la enfermedad, pueden transmitirla y empiezan a manifestar síntomas.
Dicha reactivación, en muchos casos, tiene lugar en el transcurso de los dos primeros años después de la infección primaria, pero también puede tardar décadas en hacerlo.
Los bebés y los niños son los que más riesgo tienen de desarrollar la enfermedad, pero, también hay afecciones y conductas que pueden aumentar dicho riesgo:
Además, si se padecen otras enfermedades infecciosas, la tuberculosis puede propagarse con rapidez convirtiéndose en una enfermedad potencialmente mortal.
Según la OMS, los síntomas de la tuberculosis pueden variar dependiendo de la parte del cuerpo donde esté activa la enfermedad. Aunque habitualmente suele afectar a los pulmones, también daña al cerebro, riñones, columna vertebral y y piel.
Los síntomas más habituales son: