Durante los días que dura el Ramadán, entre 29 y 30 dependiendo de la luna, los islámicos se abstienen de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales hasta que se esconde el sol. Obviando el matiz religioso, dicha celebración se basa en un ayuno intermitente, de hecho, los primeros estudios que analizaron los efectos del ayuno se realizaron en poblaciones musulmanas.
Aunque puede parecer que el término de ayuno intermitente es algo nuevo de la sociedad moderna, en realidad no es así. De hecho, el hombre primitivo ya practicaba el ayuno al no tener comida a su disposición durante las 24 horas del día.
Aunque algunos consideran que estar 12 horas sin comer ya se considera ayuno intermitente, la realidad es que tienen que pasar 16 horas sin ingerir calorías, según explica en su blog el nutricionista Saúl Sánchez.
Esta práctica consiste en no comer alimentos sólidos o líquidos energéticos durante todo ese tiempo con el fin de evitar la entrada de macronutrientes en el organismo para forzar al máximo el uso de las reservas.
Generalmente, ayunar equivale a comer menos ya que la mayoría de la población no es capaz de aumentar su volumen de las comidas. En otras palabras, la gente que practica el ayuno reduce el número de comidas, y por ende, también disminuye la cantidad total de alimentos ingeridos en el día, ya que en tres comidas no suele ser capaz de ingerir lo que se comería en cinco.
En este sentido, la restricción calórica presenta beneficios para la salud que van desde la pérdida de peso, el incremento de la autofagia -mecanismo natural de regeneración a nivel celular-, hasta el aumento de la longevidad. Además, estos beneficios se multiplican cuando se combina el ayuno intermitente con el ejercicio físico.
Además de esto, se reduce el nivel de azúcar en sangre en ayunas, aumenta la sensibilidad a la insulina, se potencia la biogénesis mitocondrial, impacta sobre la microbiota y se incrementa la utilización de ácidos grasos como combustible energético principal.
Aunque según Saúl Sánchez, el ayuno intermitente se considera bastante seguro y se puede aplicar en la mayoría de las situaciones, en niños, adolescentes, mujeres embarazadas y lactantes no es lo más recomendable.
Además, las personas que toman algún tipo de medicación o tienen patologías crónicas deberían acudir a su médico antes de practicar el ayuno intermitente por si este tuviera algún tipo de contraindicación.
Para los deportistas que buscan ganar masa muscular o necesitan grandes cantidades de calorías diarias, no es la mejor estrategia para conseguirlo. En este caso, puede resultar más viable aumentar el número de comidas a lo largo del día.