El polen de las gramíneas es el que más alérgicos causa en España debido a que está presente en todo el territorio. Dentro del conjunto de plantas que se clasifican como gramíneas se diferencian los cereales cultivados como el trigo, el centeno, el arroz, el maíz, la cebada y la avena, y las gramíneas silvestres, es decir, todas aquellas hierbas presentes en parques, prados, cultivos, colares...
En los periodos de polinización, donde destaca la primavera por excelencia, es prácticamente imposible evitar su contacto por lo que los alérgicos deben tomar medidas para evitar sus efectos en la medida de lo posible. Además, en el caso de la gramíneas, al ser pólenes de poco peso y tamaño tienen una mayor capacidad alergénica.
Los síntomas que comparten los alérgicos a las gramíneas son: congestión nasal, tos y estornudos, picor de ojos, lagrimeo y moqueo constante, fatiga, irritabilidad, reducción de la capacidad olfativa y gustativa y dolores de cabeza, enumeran desde el centro especializado en psiconutrición 'Norte Salud'.
Las personas que tienen alergia al polen de las gramíneas es porque su cuerpo considera que algunas proteínas del polen son agentes nocivos para el organismo.
De esta forma, cuando el polen entra en contacto con los ojos, la nariz o la boca del alérgico, su organismo genera una respuesta de defensas liberando histamina, sustancias químicas responsables de los síntomas típicos de estas alergias. Por este motivo no sólo se tiene alergia a un tipo de gramínea, sino a todas.
Aunque este tipo de alergia no se entiende como una alergia alimentaria, sí que algunas frutas y verduras pueden tener pólenes de gramíneas adheridos a su piel por lo que desde la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) recomiendan lavar y pelar dichos alimentos antes de consumirlos.
La miel, la jalea real y los productos obtenidos de las abejas también pueden contener polen, por lo que es aconsejable observar si se tiene algún síntoma tras consumir estos otros productos.
Algunos pacientes pueden presentar el síndrome polen-alimento que se desencadena cuando las proteínas presenten en los pólenes, en este caso de la gramíneas, que provocan sensibilización alérgica a algunas personas también se encuentran en ciertos alimentos derivados de plantas.
Entre estas proteínas se encuentran las profilinas que también están presentes en el látex, algunos vegetales y en los venenos de abejas, avispas y abejorros. Cuando el sistema inmunitario detecta esta proteína, activa la producción de anticuerpos manifestando los síntomas propios de las alergias primaverales, a este proceso se le denomina reacción cruzada.
Algunos de los alimentos que pueden desencadenar esta reacción tras su ingesta, en los alérgicos al polen de gramíneas, son: tomate, pimiento, patata, melón, sandía, kiwi, cacahuete, harina de trigo, avena, centeno, arroz o rosáceas, es decir, melocotón, níspero, nectarina, manzana, fresa, pera y escaramujo.
Además, cabe destacar que parece que el 75 % de los alérgicos a frutas y verduras presentan también alergias a algún tipo de polen debido a que comparten la proteína LTP.