El asma es una enfermedad crónica del aparato respiratorio bien conocida por la sociedad. Son muchas las personas que tienen que convivir con esta patología durante toda su vida, concretamente en España se estima que un 5% de la población adulta y un 10% de los niños la sufren. Su prevalencia varía bastante entre áreas geográficas, siendo las zonas costeras donde mayor predominio se registra.
El sistema respiratorio de las personas con esta afección emite una respuesta irritativa frente a los distintos estímulos del ambiente que hace que los bronquios se inflamen y obstruyan el paso del aire provocando síntomas como tos, opresión en el pecho, pitos, falta de aire o ahogo. El cuadro sintomático puede cambiar a lo largo de los días y de los meses dependiendo de diferentes variables.
Al verse afectado el aparato respiratorio muchos pueden pensar que el deporte, entendido como algo que te fatiga y que te obliga a necesitar más aire, puede agravar los síntomas y ser algo contraindicado para estas personas.
Sin embargo, con motivo del Día Mundial del Asma, que se celebra el 7 de mayo, en ElDesmarque hemos querido dejar claro de la mano del neumólogo José Gregorio Soto Campos, coordinador del Área de ASMA de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), que esto no es así.
No sólo el deporte es necesario para los pacientes con asma, por los beneficios que este presenta en el organismo de cualquier persona, sino que además ofrece ventajas específicas para este grupo.
Algunas de las evidencias que expone el jefe de Servicio de Neumología
del Hospital Universitario de Jerez son la siguientes: los ataques ocasionados por el esfuerzo se reducen o son menos fuertes, además, cuando estos se manifiestan, el ejercicio ayuda a reducir el nerviosismo que ocasionan, mejora la condición física, la propia tolerancia al ejercicio y el control de las crisis asmáticas, así como en los niños mejora su desarrollo.
Aunque las personas asmáticas pueden y deben hacer deporte, esto no quita que lo deban practicar de acuerdo a sus capacidades y siempre prestando atención a los síntomas. Para que estos no obliguen a parar la práctica deportiva, el Dr. Soto Campos recomienda seguir una serie de cuidados:
Cuando el ejercicio aeróbico desencadene o empeore los síntomas relacionados con el asma -estado conocido como broncoconstricción inducida por el ejercicio (BIE)- se debe usar un inhalador de rescate antes de comenzar el mismo.
No existe el deporte "perfecto" para los asmáticos, pero si hay algunos que son menos "asmógenos" como por ejemplo la natación en piscina cubierta y climatizada, la gimnasia, la marcha a pie, el golf, el trekking y la bicicleta en terreno llano.
Mientras que por otro lado, entre los deportes más "asmógenos", el neumólogo destaca "la carrera libre, que es la base del footing, del atletismo, y de deportes como el fútbol o el baloncesto" y los que se practican en lugares con altos niveles de contaminación, así como con climas secos y fríos. Sin embargo, a la misma vez añade que la carrera libre de forma intermitente, como se da, por ejemplo, en el tenis, sí que es recomendable. El buceo con bombonas de aire comprimido es el único deporte que el miembro de SEPAR destaca que los asmáticos no pueden practicar.
"En resumen, podemos decir que cuando decidimos qué deporte es el mejor para el asmático le indicamos aquel que le guste y con el que se sienta feliz. La elección voluntaria facilita la adherencia al buen hacer y al tratamiento", concluye el profesional.