Cada vez son más las personas que siguen los consejos y copian los hábitos de los influencers. El problema es que muchos los consideran expertos y fuentes de autoridad de la materia de la que hablan, cuando en realidad no siempre es así. Ante este "poder" de influencia entre sus seguidores, las marcas han visto un gran filón para que publiciten sus productos. Esta cuestión está provocando una gran preocupación en la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) cuando la publicidad que hacen estos perfiles es de productos sanitarios y de sus servicios asociados.
En esta misma línea, la propia directora de la Aemps, María Jesús Lamas, ha subrayado que "hay que evitarlo" porque "es muy grave". Para frenar este auge tratará de hacer la futura ley de publicidad de productos sanitarios, la cual actualmente se encuentra en fase de estudio de los "cientos" de alegaciones que se presentaron al proyecto por parte de la industria, pacientes, organizaciones de consumidores y comunidades.
La futura ley restringirá la promoción por parte de influencers y prohibirá mensajes exagerados y engañosos que induzcan a error comparándoles con medicamentos, despertando expectativas de éxito asegurado o atribuyéndoles funciones que no posean, entre otros. "Lo que se considere pertinente se incorporará y lo que no, se explicará el por qué", ha destacado Lamas en el desayuno "El primer café" organizado por la Sociedad Española del Corazón.
Tal y como ha explicado, aunque a veces se trate de "hacer paralelos" los medicamentos y los productos sanitarios, hay que tener en cuenta que los primeros se evalúan y se autorizan por parte de las autoridades antes de que salgan al mercado, mientras que el producto sanitario "está más liberalizado, se evalúa y se concede un certificado de conformidad por organismos notificados",
Estos últimos normalmente dependen de entidades privadas y sobre ellas, las autoridades sanitarias tienen la única responsabilidad de su vigilancia, auditoría, seguridad y publicidad. En este sentido, ha señalado la necesidad de "evitar la publicidad engañosa".
"Puede dar la sensación de estar poniendo puertas al campo, pero cuando lo que te juegas es la protección de la salud pública, cualquier esfuerzo es necesario", ha resaltado. "Hay que intentar -ha proseguido- que se evite el nombre de un famoso para identificar las bondades de un producto, porque la publicidad tienen que representar de la manera más fidedigna posible las indicaciones del producto, sus bondades pero también sus riesgos".
Según Lamas, "no tiene sentido" hacer una publicidad directa de productos que han de ser utilizados por profesionales sanitarios que son "tan específicos y sofisticados" que la comprensión por parte del "público lego es difícil".
"Un influencer no podría hacer publicidad de esto ni tampoco de sus servicios asociados, que es una forma que tienen ahora de baipasear y que ya hemos visto que tiene consecuencias en la salud" ha censurado. Algo que, en su opinión, "es muy grave y hay que hacer un esfuerzo por extender la confianza en el sistema de los productos sanitarios por las vías oficiales", como son los profesionales y las agencias reguladoras.